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En estos programas atendemos e identificamos nuestras acciones según lo que nos indican desde las instituciones y la sociedad civil de los países receptores; es decir, aquellos procesos que ellos han puesto en marcha y en los que invierten su voluntad política
Usted apuesta por apoyar el esfuerzo de la propia sociedad africana. ¿Es este el camino?
África ha demostrado que tiene dinámicas, gobiernos democráticos y una sociedad civil activa que está dando respuestas a unos problemas que también son nuestros. ¿Cómo podemos contribuir para evitar peligros para España? La fórmula que da más resultados es la de apoyar las soluciones africanas para los problemas africanos.
Siendo una línea lógica, ¿por qué el resto de países no la sigue?
Quizá hace falta un discurso que lo explique. En Europa somos etnocéntricos y creemos que tenemos las claves para solucionar los problemas de los demás. Pero, con la crisis, nos está costando resolver los propios. Hemos aprendido modestia, humildad y respeto a los demás. Esta es una baza importante que España practica al más alto nivel, pero este mensaje de soluciones africanas no es tan común en el seno de otros países europeos.
¿En qué medida cree que los riesgos de seguridad que plantea África son consecuencias del fracaso de las políticas de desarrollo recientes?
Yo comparto este análisis. Es una causa determinante. Sin seguridad no hay desarrollo. Muchas voces africanas nos dicen que sin seguridad no pueden emprender inversiones o atender la gestión de lo público para satisfacer las demandas sociales. Pero, opino que hemos llegado a esta ausencia de seguridad por falta y escasez de inversión en el desarrollo. De manera que si no hay desarrollo tampoco hay seguridad. Es un binomio.
Usted plantea objetivos ambiciosos, pero Masar contó con un presupuesto de 10,4 millones de euros entre 2012 y 2015. Mientras, la Agencia Española de Cooperación cuenta en 2015 con 20% del presupuesto de 2010. ¿No hay un desencuentro entre los retos y la inversión?
Se exige, con razón, que la ayuda demuestre su eficacia y que los recursos del contribuyente lleguen a su destino. Debemos justificar lo que invertimos y es importante explicar que hemos aprendido lecciones sobre lo que funciona y lo que no funciona. Con esta base hemos apostado por una nueva práctica que, creemos, fortalece la eficacia de la cooperación y justifica, de cara a los ciudadanos y las fuerzas políticas, que vale la pena invertir más recursos. Ese 20% nos ha permitido tener un tiempo de análisis y reflexión y de poner en marcha una comparación que refuerza su eficacia. Pero, los montos financieros para APIA y Masar son solo una parte de lo que hace la Agencia de Cooperación Española. El presupuesto actual de la Aecid es de 280 millones de euros.
La Aecid empezará a trabajar en Siria en unas semanas. ¿Cómo se plantea esta actuación?
Vamos a estar en la vanguardia del trabajo en Siria, país en guerra, porque seremos de los primeros en actuar y hemos dado un paso más allá de la ayuda humanitaria. Ellos nos han dicho que no quieren que la colaboración se centre en la ayuda humanitaria, sino en acciones que les den esperanzas de cara a un final de conflicto. Ellos quieren estar preparados para el día después. Esa es su esperanza.
¿Podría poner un ejemplo?
Una de las cosas que nos han dicho es que desde que empezó la guerra civil, hace cuatro años, no funcionan los registros civiles. Ellos saben que los niños no registrados no son ciudadanos y no serán receptores de unos derechos individuales, como el acceso a la salud, por ejemplo. Pero, sobre todo, nos piden una gestión sobre los servicios públicos básicos.
¿Cómo perciben en Aecid la amenaza de Boko Haram en Nigeria con elecciones próximas?
El terrorismo no solo es un peligro que nos sensibiliza porque nos puede llegar a afectar. Los primeros que lo padecen son los países de esta región. Es cierto que Boko Haram se ha vinculado a movimientos yihadistas y afecta a Europa. Es objeto de mucha preocupación y movilización de recursos. Pero, por cada víctima europea hay un centenar de africanas. Por lo tanto, son estos países son los más interesados en solucionarlo y están tomando medidas.
¿Secuestros y atentados como el de Túnez hacen que se replanteen algunas actuaciones?
Lo que tenemos que mejorar son los protocolos de seguridad. Debemos definir qué medidas deben tomar los cooperantes para poder trabajar con riesgos asumibles. Una situación con posibilidad de atentado terrorista supone un peligro, pero si tomamos medidas de cautela, comunicación y acción rápida ante cualquier indicio y evitamos exponernos, estamos haciendo asumible el riesgo. Eso nos permite seguir trabajando.
¿Qué papel puede y debe ejercer Canarias en el desarrollo de su entorno africano?
Es evidente que por su situación geográfica y sus vínculos, Canarias tiene en sus manos un enorme potencial para intensificar las relaciones de partenariado y asociación en aspectos que van más allá de lo que puede generar la Aecid. A nosotros nos gustaría contar más con su dinamismo y su actividad.
