En los presupuestos generales del Estado para 2016, cuyo proyecto fue aprobado ayer por el Consejo de Ministros, el Gobierno fía a la continuidad de la recuperación económica y al mantenimiento de las condiciones financieras internacionales el cumplimiento del objetivo de déficit fiscal del año próximo, que deberá ser del 2,8% del PIB, inferior en unos 14.315 millones al establecido para 2015.

El ejecutivo plantea, en pleno año electoral, un presupuesto para el ejercicio en la senda de la menor austeridad por la que se está optando desde fines de 2013, lo que está contribuyendo a la recuperación.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, caracterizó el proyecto de presupuesto de 2016 por su "destacado peso social" -un concepto que reiteró a lo largo de su intervención como proclama política de su acción de Gobierno- y sostuvo que el cumplimiento del exigente objetivo del déficit (2,8%) no se alcanzará con "mayores recortes del gasto público" sino con la mejora recaudatoria inducida por la recuperación económica.

El perfil social del presupuesto de 2016 lo fundamentó en que el 53,5% del gasto previsto (188.130 millones) tendrá esa finalidad: de cada 100 euros que gastará el Estado el año próximo, 39 se destinarán al pago de pensiones (se actualizarán por tercer año consecutivo con el mínimo previsto por la ley: 0,25%); 7, al desempleo; y 8, a otros gastos sociales. A eso se suman otros 14 de aportaciones a las Comunidades Autónomas y cuya finalidad es sostener servicios básicos y esenciales.

Según el Gobierno, el gasto social aumentará el 3,8% respecto a 2015, aunque otras interpretaciones, como la del Gobierno socialista andaluz, aseguraron que en realidad los desembolsos con fines sociales se recortan el 0,4%.

Aunque el detalle del presupuesto se conocerá el martes, Rajoy prometió ayer aumento de las partidas en investigación civil, financiación de la Ley de Educación, cooperación internacional, fomento del empleo, ayudas a familias y dependencia.

El gasto en personal público aumentará el 4,9% (el salario de los funcionarios crecerá el 1% por vez primera en cinco años, se les restituirá el 50% de la paga extra de navidad retenida en 2012 y se establece una tasa de reposición del empleo público del 100% en sectores prioritarios y del 50% en el resto) y también crecerán (4,6%) las inversiones reales, y esto pese a la previsión de que, si bien el total de los ingresos avanzará el 4% (hasta los 193.530 millones), los de la administración central sólo mejorarán el 0,8% (hasta los 134.773 millones), una vez descontada la cesión a los entes territoriales.

Las Comunidades Autónomas, según explicó el presidente del Gobierno percibirán 10.000 millones más, de los que 7.400 millones corresponderán, dijo, al efecto automático por el aumento de los ingresos fiscales como consecuencia del incremento de la actividad económica. A ello se sumará el ahorro por las autonomías de 2.900 millones en costes financieros por el efecto de las medidas de liquidez concedidas a estas administraciones a una tasa de interés del 0%.

Pese al repliegue parcial ejecutado este año de las subidas impositivas acumuladas durante la legislatura, el Ejecutivo prevé un aumento del 4% en la recaudación fiscal como consecuencia de la mejora del ciclo económico. Y a su vez cuenta con una reducción del 5,6% de los gastos financieros (hasta 33.514 millones) por la contundente caída de los tipos de interés de la deuda pública -y pese al aumento del monto total de los débitos soberanos españoles- merced a la acción del Banco Central Europeo (BCE) desde julio de 2012 y más desde la expansión cuantitativa emprendida en marzo por el Eurobanco.

Pese a ello, la carga de la deuda aún se llevará 10 de cada 100 euros de gasto público. El Gobierno también espera un ahorro en gastos por desempleo, como consecuencia de la disminución del paro y de la tasa descendente del porcentaje de parados que reciben prestación.

La previsión, según Rajoy, es que el Estado español alcance el año próximo el superávit primario (saldo positivo en las cuentas públicas antes de contabilizar las cargas financieras de la deuda soberana). El año pasado, España tuvo el segundo mayor déficit fiscal de la Unión Europea y uno de los más elevados descubiertos primarios de los países de la OCDE ( Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). Si el objetivo de Rajoy se cumpliera, España lograría en 2016 abandonar el procedimiento comunitario por déficit excesivo en el que está incursa. La consecución del equilibrio presupuestario no será posible antes de "un par de años más", según el presidente del Gobierno.

Ayer aseguró que, "si la recuperación económica continúa en el futuro", el Ejecutivo planteará "más rebajas fiscales".

Según Rajoy, la aprobación de estos presupuestos culmina "un curso político de enorme actividad" en el que se han puesto en marcha medidas muy importantes, como la reforma fiscal, que ya está dejando notar sus efectos y que permitirá que los españoles paguen menos impuestos al final de la legislatura que cuando el PP llegó al poder. Además, si la recuperación se mantiene, el Ejecutivo planteará nuevas rebajas de impuestos en el futuro.

Según Rajoy, en 2015 se ha confirmado "de manera clara" la recuperación económica y España es ahora el país de la OCDE que más crece y más empleo crea. "La recuperación es innegable y gana fuerza día a día", afirmó, tras asegurar que todos los indicadores prueban la mejora económica. "Se pueden buscar todas las sombras que se quieran buscar, pero estamos ante un cambio indiscutible que llega cada vez a más a los ciudadanos y eso es algo que todos deberíamos celebrar", ha añadido.

De hecho, aseguró que se ha producido una "transformación de España" en esta legislatura, y puso como ejemplo el crecimiento del PIB en el segundo trimestre, del 1% intertrimestral, que sitúa a la economía española en "niveles desconocidos" desde hace ocho años.