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Morales negoció en 2001 sobre el gas y rechazó su entrada cuatro años después

El exalcalde de Agüimes afirma que al mismo tiempo que se perfilaban aspectos técnicos de la regasificadora el Ayuntamiento recabó la opinión de expertos

Morales negoció en 2001 sobre el gas y rechazó su entrada cuatro años después

En el año 2001, el Ayuntamiento de Agüimes, comandado entonces por el hoy presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, negoció la construcción de la planta de gas de Arinaga que hoy rechaza. Lo demuestran las alegaciones técnicas presentadas al anteproyecto. Según explicó ayer el propio jefe del Ejecutivo insular, en paralelo se trabajó en la recopilación de información sobre un asunto que "entonces era completamente desconocido". La conclusión final, cuatro años después, fue la oposición frontal que llega hasta hoy.

La localidad del Sureste gran-canario fue informada en el año 2001 por el propio Gobierno de Canarias, según el relato de Mo-rales, de la idea de ubicar una planta de regasificación en su litoral. El propio alcalde señaló ayer que se encargó a los técnicos el estudio del anteproyecto para realizar las correspondientes puntualizaciones.

Incluso existieron conversaciones para elaborar un documento medioambiental junto a la empresa que parecía llamada a comandar el desembarco del gas en las Islas. "Especificaciones introducidas con anterioridad en el estudio de impacto de mutuo acuerdo entre el Ayuntamiento [de Agüimes] y la Compañía Transportista de Gas Canarias [Gascan] no están debidamente recogidas en el anteproyecto que se remite", se quejó el Consistorio.

Las alegaciones

Las alegaciones técnicas, fechadas el 20 de abril de 2001 y rubricadas por el hoy presidente insular, partieron del Consistorio hacia la Dirección del Área de Industria y Energía de la Delegación del Gobierno en Canarias. En ellas, se incluía la necesidad de variar la ubicación "de la antorcha" y se hizo notar la ausencia de "la planta de cogeneración" que debía "limitar al mínimo" el tiempo en que dicha llama fuera perceptible.

Las puntualizaciones de los técnicos municipales incidieron también en la necesidad de tratar "la superficie de los depósitos, especialmente de la cara que se orienta hacia el núcleo de Arinaga, con un revestimiento con material de calidad adecuado para obtener una imagen de paisaje de más alto valor que la simple pared de hormigón".

Morales señaló ayer que en ese momento no existía conocimiento sobre el alcance y las implicaciones de esta tecnología. "Les dijimos que no teníamos ni idea de lo que significaba", afirmó tras reconocer que el contexto era diferente al que existe en la actualidad. Entonces, las centrales de ciclo combinado estaban en boga y esperando por el gas que demanda su diseño.

Llegó incluso a existir un borrador de convenio, de autoría desconocida y que jamás llegó a firmarse, por el que Agüimes se comprometería a abrir la puerta al gas. "El Ayuntamiento ha acordado prestar su conformidad a la instalación de la planta de regasificación, recibiendo en contraprestación las compensaciones que corresponden a las obras y equipamientos (...), cuyo presupuesto deberá ser aprobado y ratificado por ambas partes una vez redactado el anteproyecto y cuyo importe no será menos de 1.000 millones de pesetas", rezaba.

"Nunca contemplamos la entrada del gas", aseguró ayer el presidente del Cabildo de Gran Canaria. "Los técnicos hacen correcciones técnicas, pero en el momento en que escuchamos a los expertos, dijimos que no, por el daño que podíamos hacer a la población, que podía ser tremendo".

Entre uno y otro hecho pasaron cuatro años, en los que, según Morales, la información que demandó brilló por su ausencia, circunstancia que motivó que la Mancomunidad del Sureste -Agüimes, Ingenio y Santa Lucía de Tirajana- organizara unas jornadas, junto a la organización ecologista Ben Magec. "Trajimos gente que estaba en Ferrol peleando contra una planta de gas y expertos de distintos lugares de Europa".

Ya en aquel encuentro, celebrado durante tres días de la primavera de 2005, se acuñó el lema de que el gas "podía ser un freno para las renovables", explicó Morales. El Gobierno de Canarias, sin embargo, considera que dicho combustible es el que debe alimentar la tecnología de respaldo que acompañe a las renovables en su viaje a satisfacer la totalidad de la demanda energética de las Islas.

Tanto en precio como en contaminación el gas presenta mejoras con respecto al actual fuel que se quema en las centrales de generación del Archipiélago. Sería, por tanto, "una tecnología de transición", según afirmó recientemente el consejero de Economía, Industria, Comercio y Conocimiento del Gobierno de Canarias, Pedro Ortega.

Las posturas de los ejecutivos insular y regional parecen a priori inamovibles y ya anuncian un nuevo capítulo de la guerra del gas en Gran Canaria. Por su parte, la regasificadora de Granadilla (Tenerife) fue paralizada por una sentencia judicial, aunque Enagás prevé solventar el problema el próximo otoño.

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