La Bolsa de Atenas cerró ayer con una caída del 1,22%, tras el desplome del 16% registrado el lunes en su reapertura tras cinco semanas de clausura a causa de los controles de capital.

Al cierre del parqué heleno el índice general se situó en los 659,94 puntos y el volumen de negocios había alcanzado 64,10 millones de euros. Los títulos que más bajaron fueron con diferencia los de los bancos (29,26%), seguidos por los del sector sanitario (7,40%) y de las empresas de alimentación y bebidas (0,64%). Compensando el batacazo bancario, todos los demás sectores subieron, liderados por las acciones del comercio (11,11%), de industrias y servicios (8,81%) y de petróleo y gas (7,89%).

Los inversores nacionales siguen sujetos a fuertes limitaciones y solo pueden comprar acciones con fondos que procedan de sus antiguas reservas, pero no recurriendo a sus cuentas bancarias normales. Los internacionales, en cambio, pueden efectuar compras y ventas con completa normalidad. Todos los analistas partían de la base de que las restricciones que sigue imponiendo el control de capitales llevarían a una reapertura dramática este lunes, pero el golpe se ha ido atenuando.

En caso de que el Gobierno de Alexis Tsipras consiga finalmente sellar un acuerdo con los acreedores para un tercer rescate por valor de unos 86.000 millones de euros, se calcula que la banca podrá requerir hasta 25.000 millones de euros para su recapitalización.

El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, Konstantinos Botópulos, afirmó ayer que la normalización del mercado de valores está supeditada a la firma del acuerdo con los acreedores. En rueda de prensa, Botópulos señaló además que la prohibición de la venta en corto de acciones seguirá vigente hasta finales de agosto.