La súbita devaluación del yuan por parte de China no solo ha provocado inquietud en los mercados bursátiles y las economías emergentes exportadoras de materias primas, también ha elevado la presión sobre la Reserva Federal (Fed) de EEUU, en un momento en el que se dispone a elevar los tipos de interés y contribuir así a la apreciación del dólar.

Los economistas reconocen que la devaluación de la moneda china, que se depreció la primera semana de agosto un 4,6% respecto al dólar en su mayor pérdida de su valor en dos décadas, supone un nuevo elemento a considerar por parte de la Fed cuando se está a punto de ajustar su política monetaria por primera vez desde 2009.

"Si EEUU continúa con su ajuste en septiembre como era esperado hasta recientemente será golpeado por un doble revés de mayores tasas de interés internas, lo que pondrá presión sobre el dólar, y un yuan depreciado", aseguró Kaushik Basu, economista jefe del Banco Mundial (BM).

El economista precisó que la decisión del Banco Popular de China de devaluar se produce después de una apreciación del yuan del 10% en el último año, ya que el régimen cambio chino lo mantenía hasta ahora más estrechamente pegado al dólar.

Para Basu "este alza de tipos de la Fed afectaría de manera adversa las exportaciones de EEUU" y "por ello, este movimiento previo de China estaría apostando por un retraso del ajuste" del banco central estadounidense.

Lo cierto es que el dólar se ha venido fortaleciendo en los últimos meses respecto a las principales monedas mundiales, en anticipación a la esperada subida de tipos del organismo encabezado por Janet Yellen, desde el nivel de entre 0% y 0,25% donde se dejó a finales de 2008. Asimismo, la economía estadounidense parece haber consolidado su salida de la crisis, con un crecimiento sostenido y una tasa de desempleo del 5,3%, cercana al pleno empleo.

En este saludable panorama económico, y aunque se asume que la devaluación de la divisa china es un factor importante a la hora de valorar el encarecimiento del precio del dinero en EEUU. se prevé que el banco central estadounidense siga su curso, con un inicio del ajuste en septiembre y un progreso muy gradual a continuación.

La solución al enigma: el 17 de septiembre cuando la Fed emita su comunicado sobre política monetaria y tipos de interés de referencia, y la posterior rueda de prensa de su presidenta, Janet Yellen, en uno de los momentos más decisivos de su mandato.