El segway gana terreno como medio de locomoción. Por las calles de las Islas ya no extraña ver excursiones de turistas a bordo de ellos, como tampoco causa sorpresa contemplar cómo se multiplican estas máquinas en las empresas, sobre todo en las que, como es el caso de la seguridad privada, ofrecen servicios que requieren de continuos desplazamientos. Si algo caracteriza al segway, es la seguridad que ofrece y, sin embargo, esta semana saltó a la palestra por estar a punto de lesionar al mejor velocista de todos los tiempos, el jamaicano Usain Bolt.

El atleta acababa de ganar su segunda medalla de oro en los Mundiales de Atletismo de Pekín, la correspondiente a los 200 metros lisos. Celebraba con la grada el hito cuando un camarógrafo de la televisión china perdió el control del segway con el que lo perseguía, lo embistió por detrás y lo mandó al suelo de espaldas.

Las imágenes dieron la vuelta al mundo. Una y otra vez las cadenas de televisión se hicieron eco del momento y pudo comprobarse que el vehículo no es más peligroso de lo que pueda serlo cocinar, incluso lo es menos. Eso sí, hay que realizar un mínimo buen uso para no poner en peligro a nadie. El reportero gráfico, pendiente lógicamente del visor de su cámara no percibió la existencia de un obstáculo, la rueda del segway impactó contra él y el vehículo se descontroló.

La propietaria de la empresa Segway LPA, Marta Lang-Lenton, afirma que en el uso de estos vehículos es obligado "preocuparse en la misma medida de la diversión y de la seguridad". Califica como "una gran experiencia" el desplazamiento a bordo de un segway, que nunca "se alquila sin un monitor". Este acompaña a los usuarios, que, en la mayoría de los casos, lo utilizan por vez primera.

Claro que no todo es ocio. Estas máquinas se utilizan también en campañas de marketing en las que el conductor no puede tener en todo momento a alguien al lado para indicarle el mejor uso posible que debe hacerse. En ese caso, "los raiders [conductores] son instruidos" previamente, destaca Lang-Lenton. Deben completar un número de horas a bordo de los vehículos para hacerse por completo con el control. De esa manera, se "garantiza su destreza y, por lo tanto, la seguridad del entorno", explica la empresaria canaria.

Lo mismo ocurre en el caso de las empresas e instituciones que se interesan por la incorporación de los segways como herramientas para incrementar su productividad. Segway LPA es también concesionario oficial y, por tanto, sus integrantes son también buenos conocedores del mercado que demanda estos vehículos.

AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea) fue una de las primeras empresas que decidieron la incorporación de estas herramientas. Cuenta con ochenta máquinas repartidas entre los aeropuertos de Madrid, Barcelona, Málaga y Mallorca desde hace nueve años, hace un uso intensivo de ellas y nunca se ha registrado ningún incidente. "Algunas tienen más de 40.000 kilómetros", resalta Marta Lang-Lenton.

Las policías locales de ciudades como Madrid, Valencia, Málaga, Cádiz, Torremolinos e, incluso, de algunos municipios del sur de Tenerife también lo usan para desarrollar su labor. En total, suman más de cien unidades sin problemas reportados, ni para los usuarios ni para los transeúntes. En el ámbito de la seguridad privada, Prosegur, Securitas, Eulen, Casesa, Proteccion de Patrimonios o Seguridad Integral Canaria son algunas de las que han incorporado el segway para completar sus patrullas de vigilancia. Se calcula que estos vehículos multiplican por cuatro la distancia que puede recorrerse a pie en una jornada laboral.

En toda España existen más de 120 empresas que ofertan tours turísticos a bordo de estos vehículos. Algunas de ellas llevan operando más de diez años con las mismas máquinas sin ningún problema registrado. Definitivamente, seguir muy de cerca a alguien que va a pie mientras se atiende otro trabajo de precisión fue el cóctel que convirtió un elemento inocuo como un segway en algo medianamente peligroso.