El trato preferencial que tiene el Archipiélago en un momento en que el Gobierno central ha puesto coto a las primas a las renovables tiene una causa objetiva: generar con energías limpias en Canarias abarata y mucho el coste del sistema eléctrico. La eólica es mucho más barata que la convencional, que utiliza los hidrocarburos como fuente energética. Eso ocurre hoy y ocurrirá siempre, lo que lleva al presidente de la Asociación Canaria de Energías Renovables (ACER), Enrique Rodríguez de Azero, a afirmar que el Archipiélago "siempre debe contar con un incentivo al ahorro".
Hoy no hay futuro para la energía eólica en las Islas más allá del 31 de diciembre. En igualdad de condiciones de retribución que la Península, los promotores siempre elegirán el continente, donde las limitaciones de suelo son menores y se puede colocar un mayor número de aerogeneradores por parque, es decir, se puede rentabilizar la inversión con mayor intensidad.
Rodríguez de Azero aboga por ir una jugada por delante y comenzar ya a hablar de la inservibilidad de ese horizonte temporal que, a la postre, tiene por única utilidad demostrar que queda mucho camino por recorrer en la eliminación de trabas burocráticas que todas las administraciones proclaman.
Para comenzar, el presidente de ACER entiende que el plazo para la apertura del cupo debe prolongarse "hasta que se cubran los 450 megavatios" autorizados por Madrid. Es decir, sin atender a la fecha del 31 de diciembre, porque lo cierto es que tan beneficioso para el coste del sistema -léase para el bolsillo de todos los españoles- es un parque que cuente con declaración de impacto ambiental en octubre como uno que la obtenga en marzo del próximo año.
Sin embargo, a pesar de que le asiste la pura matemática y en previsión de que una vez más razonamientos tan lógicos puedan tardar en atenderse, aboga por pisar el acelerador ahora y salvar en plazo todos los parques posibles.
