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El laberinto canario

Los hoteles que pertenecían al clan Ruiz-Mateos toman caminos diferentes

El laberinto canario

El polémico empresario José María Ruiz-Mateos era experto en construir castillos de naipes, pero estos se acababan derrumbando una y otra vez. El afán por expandir sus negocios le llevó a aterrizar en Canarias a principios de los años 80. Probó suerte y acertó en la compra de conocidos hoteles, pero con el tiempo sus artimañas empresariales le pasaron factura. Tanto la expropiación del Grupo Rumasa en 1983 como la quiebra de Nueva Rumasa en 2011 hundieron su emporio en el conjunto del país. En el Archipiélago llegó a poseer más de una decena de complejos hoteleros, en los que irrumpía como un "salvador", pero luego "hundía estrepitosamente", recuerda un dirigente sindical de tres de los establecimientos tinerfeños perjudicados por su pésima gestión y sus malabarismos financieros. Sus extrabajadores no le perdonan que les dejara "en la estacada".

El clan Ruiz-Mateos entró en las Islas en 1980 con la adquisición de la mayoría de las acciones de dos de los hoteles más emblemáticos: el Botánico, en Puerto de la Cruz (Tenerife) y el Tamarindos, en el Sur de Gran Canaria. Además, Rumasa se hizo con parte de las acciones del Hotel Cristina, ubicado en la Playa de Las Canteras.

Desde entonces su laberinto empresarial en Canarias no paró de crecer. Compró el famoso hotel Don Juan, que después se llamó Los Bardinos [hoy AC Hotel Gran Canaria]. Sin embargo, todos ellos se vieron afectados por la expropiación de Rumasa cuando el Gobierno de Felipe González detectó un fraude masivo a Hacienda de 1.569 millones de euros?. El embargo salpicó a Galerías Preciados, grandes almacenes [con centros en todo el territorio nacional, incluido Santa Cruz de Tenerife y la capital grancanaria] que el grupo Rumasa adquirió en 1981 y controló hasta su expropiación forzosa dos años más tarde.

Ruiz-Mateos resurgió e impulsó en 1990 un nuevo holding familiar: Nueva Rumasa, una red de compañías donde la transparencia brillaba por su ausencia y cuyas emisiones de pagarés en 2009 se revelaron como un fraude piramidal. En la actualidad, este conglomerado se halla inmerso en multitud de procesos judiciales tras haber sido declarado en suspensión de pagos.

La cadena de Hoteles Agrupados (Hotasa), división de Nueva Rumasa, compró ocho instalaciones en Canarias: cuatro en Puerto de la Cruz (Interpalace, Bonanza, Canarife y Semiramis) y otro en Santiago del Teide (Lagos de César), que suman un millar de habitaciones; dos en Los Cancajos en La Palma (Hotel Taburiente y Costa Salinas); y uno más en Playa del Inglés en Gran Canaria (Beverly Park), con 443 habitaciones y casi 150 empleados.

En febrero de 2011 se declaró la suspensión de pagos de Nueva Rumasa. Bajo la vigilancia de los administradores concursales, la cadena Blue Sea comenzó a explotar los tres hoteles Lagos de César, Puerto Resort (la unión de Canarife y Bonanza) e Interpalace. Está previsto que en octubre Blue Sea cierre la compra de estos establecimientos por unos 20 millones de euros, tras el permiso del juzgado de lo Mercantil de la capital tinerfeña.

Los hoteles palmeros eludieron el concurso de acreedores y la familia Ruiz-Mateos los devolvió al Grupo H10. Del mismo modo, la cadena Best Hotels recuperó la gestión del Hotel Semiramis. A sus 84 años Ruiz-Mateos aún tenía pendientes juicios por supuesta estafa en la compraventa del Beverly Park, que desde 2011 se halla en concurso.

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