Las cofradías de pescadores alertan de la pérdida de 3.000 empleos directos en Canarias por el recorte de nasas que baraja imponer el Estado en las aguas exteriores del Archipiélago. El Ministerio de Medio Ambiente prevé aprobar a finales de octubre la orden que reduce a 30 las redes que puede emplear cada barco. El sector y el Gobierno regional trabajan contra reloj para frenar esta decisión estatal que afecta al caladero canario y que provocaría la "ruina" de la pesca artesanal.
Así lo advirtió el presidente de la Federación Provincial de Cofradías de Pescadores de Las Palmas y patrón mayor de Agaete, Gabriel Jiménez, que explicó que el borrador que maneja Madrid perjudica especialmente a Gran Canaria y Lanzarote.
Hasta ahora no había límites para utilizar nasas en aguas exteriores, de competencia estatal. No obstante, el Gobierno central propuso primero acotar a 75 las redes por embarcación, pero en el siguiente texto rebajó esta cifra a 30. Por el contrario, las cofradías reclaman que el tope se amplíe a 200 en Gran Canaria (140 normales y 60 para pescar salmonete seis meses al año), mientras que Tenerife, Lanzarote y La Palma solicitan 40 nasas por barco.
Jiménez llama al consenso y defiende que la práctica de las nasas mantiene el "ecosistema" y una "pesca responsable y sostenible". "No hay ningún recurso sobreexplotado en Canarias, nos quieren meter en un saco y terminar de ahogarnos", lamentó, al tiempo que augura que "acabar con la pesca profesional en el Archipiélago sería catastrófico". De hecho, si sigue adelante la propuesta del Gobierno central destruiría cerca de 5.000 empleos directos e indirectos "como mínimo". "Y lo que es peor", continuó, "la comercialización de pescado fresco desaparecería y habría que importarlo de Marruecos o Mauritania".
"Un juguete"
No obstante, no sólo está en discusión el número de nasas, sino las medidas de las redes. En este punto, el Ministerio pretende regular los tamaños. En su borrador incluye magnitudes que "no se ajustan a la realidad canaria", se quejan varios pescadores, que critican que la más pequeña, de un metro de diámetro por cincuenta centímetros de altura, "parece de juguete".
"Con 30 nasas no viven los pescadores", insistió la secretaria de la Cofradía de Agaete, Juana Ojeda, que teme que, de aprobarse, la orden ministerial precipite la "quiebra del sector". En la villa norteña operan 16 barcos y cada uno dispone en la actualidad de unas 75 trampas o nasas.
Sin embargo, las cofradías sí mostraron su satisfacción porque el texto del Ministerio haya reconocido la "polivalencia de los sistemas de pesca", por lo que se elimina burocracia administrativa. Hasta ahora los marineros deben solicitar permiso a Madrid cada vez que quieren cambiar de modalidad de pesca, un paso engorroso que dificulta su tarea cotidiana. Hay tres modalidades: artes menores (incluye nasa, trasmallo y palangre, entre otros), cerco (cuando los barcos parten para capturar sardinas, caballas y chicharros para la venta) y cebo vivo (para pescar atunes). Con la polivalencia se suprimiría la obligación de pedir autorización, explicaron diversas fuentes.
El Gobierno regional intercederá ante el Ministerio para evitar que dé luz verde al borrador normativo, pues tal como está "deja tocado seriamente al sector por la reducción drástica de las nasas y generaría un drama social, especialmente en Gran Canaria, donde causaría un enorme daño", aseguró el director general de Pesca, Orlando Umpiérrez, que mantendrá una reunión en los próximos días con el secretario general de Pesca, Andrés Hermida. "La negociación está abierta, Madrid aún no ha cerrado todas las puertas", afirmó esperanzado.
