Vicente Franco, castellonense de 33 años, doctor por la Universidad Jaume I, y partícipe en la investigación que detectó la manipulación del software que gestiona determinados motores diésel del grupo Volskwagen para aparentar menores emisiones de óxidos de nitrógeno en las pruebas de certificación, asegura que "la dimensión del problema detectado es tan grande que urge un examen de conciencia de los fabricantes y de los legisladores europeos".

Franco, que trabaja desde 2013 en el equipo europeo de la organización The International Council on Clean Transportation, considera que las emisiones nocivas de diésel es un problema "gravísimo" en Europa, donde el 53% de los coches en circulación consumen gasoil (en España es el 67%) frente al 2% en EE UU. Explica que la alteración no se hubiese detectado de haberse realizado las pruebas sólo en un laboratorio y sobre un rodillo, pero decidieron instalar "el laboratorio dentro del coche" y sacarlo a rodar por la carretera. "La sorpresa fue descubrir que las emisiones superaban en 40 veces los niveles de emisión de CO2 respecto a cuando las pruebas se hacían en el rodillo", explicó.