Gran Canaria es un territorio volcánicamente activo, por lo que el Cabildo grancanario se propone aprovechar, al igual que ya hacen otras islas volcánicas como Azores, Islandia y Filipinas, el potencial energético del interior de su tierra para producir energía limpia. Pero para ello necesita conocer exactamente su capacidad de producción de energía a partir de su geotermia, razón por la que establecerá con el Instituto Volcalológico de Canarias (Involcan) un acuerdo marco para llevar a cabo las investigaciones necesarias, tal y como acordaron ayer el presidente del Cabildo grancanario, Antonio Morales, su consejero de Energía, Raúl García Brink, y el coordinador científico de Involcan, Nemesio Pérez.

Esta iniciativa del Cabildo de Gran Canaria se enmarca en el objetivo estratégico anunciado por Antonio Morales de avanzar hacia la soberanía energética, "no depender del exterior y convertir Gran Canaria en un referente mundial" puesto que le sobran cualidades.

De hecho, Canarias "es la zona del territorio nacional con mayor potencial geotérmico de España, eso lo podemos decir con toda seguridad", aseveró el vulcanólogo. En este sentido, destacó que las 24 erupciones registradas en los últimos 11.500 años en Gran Canaria dan fe de que es una isla volcánicamente activa.

Los científicos de Involcan realizarán análisis geofísicos y geoquímicos en Gran Canaria. Pérez detalló que la primera parte de los estudios consistirá en recopilar datos de los análisis químicos de las aguas de pozos y galerías porque es uno de los indicadores del potencial geotérmico. Así, subrayó, aparte de las erupciones, otra de las evidencias de la existencia de geotermia en Gran Canaria es su agua con gas.

Los análisis pretenden descubrir tanto el calor que se encuentra a mil metros de profundidad, como en superficie. La investigación del potencial calorífico de las profundidades precisará perforaciones a fin de descubrir los lugares idóneos para permitirá instalar estaciones para producir energía para la población.

El estudio de la geotermia de superficie, en cambio, solo necesita unas catas para concretar su intensidad y es una fuente de calor que, con escasa infraestructura basada en una bomba e intercambiadores térmicos sin huella exterior, permite obtener energía para climatización, aire acondicionado o agua sanitaria -piscinas o baños-, de interés para hoteles, instalaciones deportivas o empresas que, tras amortizar la inversión, pueden ahorrar hasta un 60% en su factura eléctrica.

El autoconsumo de particulares y empresas solo precisa una red de aprovechamiento junto a sus cimientos o realizar una instalación posterior, para lo que el Cabildo estudiará fuentes de financiación del Gobierno español y Europa, aunque siempre reportaría un ahorro energético, agregó García Brink.