Los líderes del negocio cervecero AB InBev y SABMiller han llegado a un acuerdo de fusión que alumbrará un gigante capaz de acaparar un tercio de las ventas mundiales del sector y la mitad de los beneficios que genera. La segunda de ellas, de raíces sudafricanas y británicas, controla el 51% del capital de Compañía Cervecera de Canarias (CCC), lo que coloca sobre el tapete de la negociación a la empresa isleña que fabrica y comercializa las conocidas Tropical y Dorada.
Según fuentes del sector, la magnitud de la operación requerirá del visto bueno de las autoridades en materia de competencia de Europa, Estados Unidos y China, por lo que el acuerdo no quedará concretado del todo hasta dentro de al menos un año y medio. En el corto plazo, AB InBev, actual número uno mundial, tiene hasta el día 28 de este mes para formalizar la oferta que hizo pública a primera hora de ayer.
SABMiller resistió las cuatro intentonas anteriores, pero su consejo de administración sí dio el visto bueno a una de las mayores operaciones corporativas de la historia. El coste de fusión asciende a más de 102.500 millones de euros (76.000 millones de libras), según Efe.
La multinacional AB InBev cuenta con presencia amplia y consolidada en América Latina, EE UU, Canadá, Europa y Asia, y vende marcas como Budweiser, Coronita o Stella Artois, entre otras. Aparte del crecimiento global, la unión con SABMiller le garantiza el crecimiento en África, donde esta última, de origen sudafricano, acapara gran parte del mercado.
SAB (South African Breweries), que entonces no se había fusionado con la británica Miller Brewing -ese acuerdo cristalizó en 2002-, adquirió en diciembre de 1989 el 75% del capital social de Compañía Cervecera de Canarias (Cercasa), empresa cuya actividad se circunscribía en aquel tiempo de modo principal a la provincia tinerfeña, con Dorada como referencia.
Menos de cuatro años después -junio de 1993- se anunció la unión con la grancanaria Sical (Sociedad Industrial Canaria), donde en 1991 ya había desembarcado Guinness -hoy Diageo- para hacerse con el 30% de la compañía. La creación de la actual Compañía Cervecera de Canarias (CCC) cristalizó en 1994. Hoy en día sus acciones se las reparten SABMiller -51%-, Diageo -20%- y un nutrido grupo de empresarios canarios, titulares del 29% restante.
Esta última parte del capital está muy atomizada, más en la provincia tinerfeña que en la de Las Palmas, lo que no es obstáculo para que la agrupación de todos esos intereses canarios haya podido colocar a dos representantes en el consejo de administración, Antonio Vega González y Antonio Acea Domínguez.
La mayoría que ostenta SABMiller asegura que CCC no será ajena a la fusión con AB InBev, en caso de que esta llegue a buen puerto. Para hacerse una idea de la complejidad de la operación, algunos expertos calculan que la promotora del acuerdo tendrá que deshacerse de activos por valor de 14.060 millones de euros (16.000 millones de dólares) con el fin de garantizarse la aprobación por parte de las autoridades de competencia.
Al igual que las últimas ofertas lanzadas anteriormente, esta última ofrece la alternativa de pagar parcialmente en acciones, limitada a aproximadamente el 41% de los títulos de SABMiller, medida dispuesta para convencer a la tabacalera estadounidense Altria, el mayor accionista, y a BevCo, vehículo de inversión de la familia colombiana Santo Domingo.
En el caso de que la operación no llegue hasta el final, AB InBev pagará a su rival 2.638 millones de euros (3.000 millones de dólares). La capitalización del gigante resultante ascendería a 246.130 millones de euros, lo que dejaría muy atrás a los principales competidores.
