La Provincia - Diario de Las Palmas

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Entrevista.

Juan Miguel Sanjuán: "La desigualdad ha crecido con la tensión de la cohesión social"

"El anterior Gobierno canario tomó medidas nefastas, sobre todo para la economía de Gran Canaria", afirma el presidente de Satocan

Juan Miguel Sanjuán, en el interior de su despacho durante el desarrollo de la entrevista. J. C. CASTRO

¿El camino elegido es el correcto para consolidar la salida de la crisis?

Vamos por el camino aproximado más que por el correcto. Afortunadamente parece que cada vez nos aproximamos más al correcto. Con una crisis tan fuerte es muy difícil que el crecimiento se consiga de una forma inmediata. Hay que intentar todo lo que sea posible, porque la lacra del paro hay que solucionarla cuanto antes.

La última Encuesta de Población Activa (EPA) arroja buenos datos, aunque Funcas advertía esta semana que cuando termine el año próximo seguiremos en torno a una tasa de paro del 29%. Aproximado o no, ¿es lento el camino elegido?

La fórmula mágica no existe, solo la del esfuerzo, el trabajo y, sobre todo, de la imaginación para hallar vías que creen empleo. En el problema del paro hay que distinguir tres grupos de afectados. Está el parado suficientemente formado; tenemos después a quienes no tienen formación y les va a ser muy difícil conseguir un puesto. Parece lógico formar a los empleados en idiomas, porque es lo que está demandando nuestro sector turístico, tanto para un jardinero como para un freganchín, y eso no se toma con interés.

¿Quiénes constituyen el tercero de esos grupos que apunta?

Desgraciadamente por la edad u otras circunstancias son quienes no van a encontrar trabajo. A ellos hay que buscarles una dotación asistencial para evitar la pobreza.

¿Está amenazada la cohesión social?

Ese es el grave problema que seguimos teniendo. Se ha sometido a tensión la cohesión social, la desigualdad ha crecido y quienes no tienen capacidad al ver que otros sí la tienen, se crean tensiones. El gran elemento cohesionador que hemos tenido ha sido la familia. El sacrificio de padres, hijos, abuelos... ha formado un pegamento que afortunadamente ha evitado que la tensión terminara por romper la sociedad. Espero que ya hayamos superado la peor época y esa tensión se vaya relajando.

¿Afectará el resultado de las elecciones a la salida de la crisis?

Lo que es seguro es que el propio periodo electoral va a suponer una ralentización. Hasta que se conozca el nuevo gobierno, los índices económicos van a sufrir. Ahora bien, no creo que haya peligro para la estabilidad, se optará por soluciones prudentes y se formarán pactos que no afecten tanto. Confío en que el futuro no será malo.

¿Pacto lógico y prudente es el que formarían Ciudadanos y Partido Popular?

Lo que hay que eludir son los extremos y optar por todo lo que se acerque más al centro..., cualquier coalición y que no gobierne un solo partido situado en un extremo siempre es buena.

¿Con el nuevo gobierno se desperezará la inversión pública?

Va a crecer sea cual sea el gobierno, porque la coyuntura económica va a ser más favorable. Todavía tenemos un déficit en infraestructuras sociales y en todas las teorías económicas la inversión pública es un elemento fundamental para restar paro y fomentar el consumo.

Pero Bruselas aprieta las clavijas con el déficit.

No soy partidario de entrar en otro banquete, porque al final hemos visto que eso nos lleva a situaciones tristes. Con orden y a pesar de las limitaciones de Bruselas, cualquier gobierno va a invertir.

¿Cuánto mejora la salud de Satocan cuando un gobierno decide hacer carreteras o atender esas infraestructuras sociales?

Satocan es una empresa constructora y cualquier incremento esperamos que nos favorezca. Sin embargo, afortunadamente estamos muy diversificados y tenemos otros campos en los que desarrollarnos y crecer. Dependemos más de la mejora de la economía en general que del incremento de la inversión pública, porque una buena parte de nuestro negocio descansa en la inversión privada. La inversión pública siempre es bienvenida, pero no es fundamental.

Pero la retracción de la inversión pública les ha afectado.

Sí, claramente. Nuestra cifra de negocio bajó de manera vertical, eso está claro. Curiosamente, o puede ser de libro, la época de bonanza de la inversión pública coincide de modo habitual con la inversión privada. Ocurrió en España en la década pasada, cuando hubo enorme actividad en los dos ámbitos.

Y un notable endeudamiento también en los dos.

Claro, por eso cuando se paró la rueda cayeron los dos, con lo que se creó el tsunami más completo. Satocan lo ha notado mucho en construcción, pero no en otros sectores.

¿Cuánto cayó el beneficio?

Los beneficios operativos consolidados siempre han sido positivos. A veces me da reparo decirlo, pero es así. Lógicamente hemos tenido empresas en las que hemos tenido pérdidas fuertes, como las de cementos o áridos, pero el consolidado no ha bajado. Todos los sectores han sufrido, con excepción del turismo, y parte importante de nuestra actividad está en él.

¿Les cogió el estallido de la burbuja con mucho dinero invertido en promoción inmobiliaria?

Nunca nos metimos de lleno en en el sector de la construcción. Cuando llegó la crisis nuestra presencia era residual.

¿Notarán ya en este ejercicio la mejora de la macroeconomía?

Sí. Los balances trimestrales nos permiten asegurar que 2015 va a ser un buen año. Se ha rehabilitado y reformado una parte de la planta alojativa este año y no gracias a los planes del Gobierno de Canarias. Hemos actuado en ese campo tanto para nosotros como para terceros y eso ha provocado una sensible mejoría del sector de la construcción.

¿En qué medida es necesario renovar para que los mercados no pierdan interés en el destino?

Si no lo hacemos, poco a poco perderemos competitividad. Los empresarios que nos dedicamos al turismo consideramos que las medidas tomadas en los años precedentes por el Gobierno canario han sido nefastas, especialmente para la economía de Gran Canaria. No se puede pretender coger unos apartamentos y remodelarlos para devolverlos a los años 90, la demanda no va por ahí. Le pongo un ejemplo. La construcción del Bahía del Duque o el Costa Meloneras ha sido positiva para esas empresas, pero también para el resto del sector turístico canario. Sin embargo, la maraña de leyes y la moratoria impiden construir ahora.

¿De qué sirve tener un hotel ya remodelado si los alrededores siguen en mal estado?

Ese es el gran problema. Se ha hecho algo de manera tímida, pero todo se ha degradado. El cliente no puede alojarse en un lugar precioso y encontrar un desastre cuando sale a la calle. Eso sucede en otros destinos, pero una de las fortalezas de Canarias es la posibilidad que da para pasear, salir a la calle y sentarse en una terraza.

¿Es diferente el actual Gobierno canario del anterior?

Sí, hay nuevos aires y actitudes.

¿La actitud es determinante?

Desde luego. Establecer relaciones con la otra parte, aunque solo sea una postura, es importante. Eso crea una confianza que se va reforzando. Tanto las declaraciones de Fernando Clavijo como las de sus consejeros ya han dado resultado. Se ha visto con los fondos del ITE (Impuesto General sobre el Tráfico de Empresas) que el Gobierno central dejará en manos de las Islas, que al final ha traído otro conflicto (Risas). Pero para Canarias es fantástico no tener que pagar esas cantidades al Gobierno central. Espero bastante del presidente y de todos los consejeros.

¿Qué opina sobre el reparto de esos fondos del ITE?

Si se trata de paliar en buena parte el paro, ese es el elemento que debe influir a la hora de hacer el reparto. Haciendo unos números rápidos creo recordar que la suma de parados de Gran Canaria y Tenerife superaba al doble del existente en el conjunto del resto de islas. La defensa de ese factor implica también renunciar al poblacional, es decir, si una isla tiene mucha más población que otra pero ningún parado, el número de habitantes no sería lo determinante.

De la actividad que desarrolla el ámbito público, ¿qué falta o qué les sobra a los empresarios?

Sobra la actual montaña de leyes, muchas veces contradictorias, que impiden que se desarrollen negocios. Si nos acogemos a la estadística de coste de tiempo para montar un negocio, siempre estamos en la peor posición. También sobran las subvenciones subjetivas, que distorsionan. El mercado ha de ser lo más competitivo y transparente posible y las subvenciones solo pueden ser totalmente transparentes y objetivas. Lo que nos falta, y no solamente por parte del Gobierno, sino de la sociedad en su conjunto, es que se crea más en la empresa y en el mercado libre. No sé si es porque los empresarios no lo hacemos bien, pero no conseguimos transmitir que la emprendeduría, el riesgo y el trabajo en las empresas merecen la pena. Yo no he heredado la mía, la he creado y he pasado muy malos ratos, lógicamente, pero hay que hacerlo, porque si no, no tendremos una sociedad económicamente mejor.

¿Han acabado los problemas con la banca?

Hubo un parón. Por lo que veo, pasó lo peor y está más abierta que en años pasados, pero, eso sí, ahora pide muchas más garantías.

¿En cuántos países están y en qué medida su resultado consolidado depende del exterior?

Salimos a África y los resultados no han sido buenos. Montamos una empresa en Guinea Ecuatorial con un socio local y al final tuvimos que salir porque no había sintonía. También nos adjudicaron un complejo turístico en Marruecos junto a un fondo de inversión americano y la crisis y un poco también las características de ese mercado, muy proteccionista, nos hicieron también abandonarlo. Desgraciadamente, a mí, que soy un gran entusiasta en la defensa de África como zona de desarrollo de Canarias, esas experiencias no nos han dejado contentos. Sí lo estamos de nuestras inversiones en la República Dominicana, Perú y Panamá. En cuanto a la influencia de nuestro negocio exterior en el resultado consolidado, no es muy grande. En el caso de América estamos todavía en la fase inicial.

Hablando de Panamá. Usted se sienta en el consejo de administración de Sacyr. ¿Todo está bien ya en la obra del canal?

Sí. El problema tuvo una resonancia mediática muy alta y pienso que en gran parte fue porque empresas competidoras norteamericanas, que entendieron que era una buena ocasión para hacerse con la obra, propiciaron que fuera así. En realidad, nunca hubo problemas para terminarla.

Tampoco fue una balsa de aceite.

Había unas reclamaciones financieras al Gobierno panameño que se negociaron y solucionaron. Se produjeron por causas sobrevenidas a la firma del contrato y, afortunadamente, la comisión arbitral instaurada nos ha dado la razón de una manera muy clara.

Lo que cuenta se parece al hundimiento del Maine.

Lo intentaron.

Tuvo que ir hasta la ministra de Fomento a Panamá.

Y también estuvo el vicepresidente de Estados Unidos unos días antes acompañando a presidentes de compañías de su país. Es lógico que los gobiernos intenten ayudar a las empresas de sus países, pero en este caso era feo porque venían a quitar y no a competir.

¿Satocan va a intensificar su estrategia de alianzas para continuar creciendo?

En teoría económica existen dos caminos: el de zapatero a tus zapatos y el que aboga por aprovechar todas las oportunidades. Satocan y yo personalmente estamos en el segundo. En nuestro ADN está el buscar nuevos caminos y tener socios. Los tenemos en turismo, en líneas aéreas, en hospitales, en industrias como Vidrieras o Haricana... Y, en general, estamos contentísimos.

La unión con Otech para la reforma de plataformas petrolíferas ha despertado gran expectación. ¿Con qué aspiración inician ese negocio?

Desde hace mucho tiempo, hemos considerado que la reparación de plataformas petrolíferas es una forma de exportar actuando desde Canarias, como sucede con el turismo. En el pasado llegamos a presentar alguna petición de concesión en el puerto, pero no se nos dio. Cuando conocimos a este importante grupo noruego, que fue el que realizó el sellado y extracción del combustible del barco ruso que se hundió en el Sur, negociamos y hallamos el nicho de mercado de las reparaciones de los elementos que quedan por debajo del agua. Consideramos que es un campo fantástico y somos socios al 50%.

¿Cree que la crisis ha dotado de más cintura al conjunto de las empresas para diversificar?

Si a muchas empresas les preguntas por qué están en una actividad, ellas mismas se quedarían asombradas porque hace cinco años ni se les hubiera ocurrido. No me refiero solamente a diversificación geográficamente, sino dentro de su propio campo. Hace cinco o seis años había un nutrido tejido de pymes canarias en el ámbito de la construcción, esa gente sigue pensando y tiene imaginación y ganas de hacer cosas que han canalizado en muchas cosas.

¿Poner en marcha la planta de algas de Pozo Izquierdo supone lanzarse a la economía del conocimiento?

Estamos en la economía del conocimiento desde hace mucho tiempo. Un grupo de amigos constituimos una sociedad en la que participaban profesores universitarios canarios y del País Vasco para crear un centro de fabricación de hardware. Nos metimos en el mundo del 3-D, pero muchas veces existen problemas personales que impiden seguir adelante. Ahora ha salido más a la luz, con la planta de algas, porque hemos pasado a la fase productiva.

¿Este puede ser un buen negocio?

Toda inversión, y debe de ser así, tiene el fin de ser un buen negocio, en eso estamos. Sobre todo, nos interesa mucho crear para Canarias un desarrollo notable alrededor de este campo.

¿Por qué deja el consejo de administración de Emalsa?

En un momento dado, tienes que dedicarte a lo más importante y a lo que más te gusta. Estaba en el consejo de Emalsa por Sacyr, que consideró que era bueno que fuera así por mi conocimiento de Canarias. Como consejero que soy de Sacyr entré, pero llevaba tiempo diciendo que no me apetecía ni tenía intención de seguir. Aprovechando ahora que ha habido un cambio de numerosos consejeros por el cambio político, insistí y al final lo he conseguido.

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