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El campo canario envía a Europa sus primeros mil palés de tomate del año

Las 900 toneladas viajan a bordo del buque 'Cape Town' camino de Southampton y Róterdam

El campo canario envía a Europa sus primeros mil palés de tomate del año

Entre esta noche y mañana llegan a Southampton -sur de Inglaterra- los primeros mil palés de tomate canario de la temporada. Esas alrededor de 900 toneladas partieron en la madrugada del viernes del Puerto de La Luz y de Las Palmas a bordo del carguero Cape Town y las consumirán los ciudadanos de Reino Unido, Holanda, Suecia y Noruega, entre otros países.

Cuatro días para alcanzar su primera parada. Eso siempre que las condiciones meteorológicas no obliguen a refugiarse en algún puerto durante el trayecto. En Southampton se descargarán en torno a 428 palés e inmediatamente el carguero proseguirá camino hasta Rotterdam, lo que supondrá cerca de un día más de viaje.

En la localidad holandesa se bajará a tierra el resto de este primer contingente de la temporada, otros 572 palés. Cada uno de ellos contiene 140 bultos -cajas- con un peso de seis kilogramos por unidad. Una parte de ese volumen se quedará en tierras neerlandesas y otra viajará por carretera o en embarcaciones de menor calado a Noruega y Suecia. La diferencia con respecto al recorrido que tiene que cubrir la producción peninsular e, incluso, la marroquí es meridiana.

El portavoz de la Plataforma en Defensa del Tomate, Gustavo Rodríguez, resaltó que estas no se ciñen exclusivamente a la parte que más se ve, la distancia y tener que recurrir al transporte marítimo. Esa necesidad de enviar por mar el tomate encierra matices más ocultos que complican la operativa.

"Cuando el tomate llega al muelle, lo normal es que el barco no esté allí", explica. De ese modo se hace necesaria una primera descarga del camión a tierra para almacenar los bultos en las instalaciones de la Federación Provincial de Asociaciones de Exportadores de Productos Hortofrutícolas de Las Palmas (Fedex).

El siguiente paso es la labor de estiba para subir los palés al carguero. "En ese sector se trabaja por manos, que corresponden a cuatro horas. Si en ese tiempo no entra hasta el último palé, ya hay que abonar la siguiente mano", detalla Rodríguez sobre el alcance real del sobrecoste que soporta la producción canaria.

Si el buque que sale de la capital grancanaria se encuentra con problemas, como puede ser una tormenta fuerte, que le obligan a interrumpir su camino y esperar en un puerto intermedio a que amaine el temporal, el tomate no llegará a las manos del cliente en el tiempo pactado. "Romper la agenda y no cumplir lo estipulado supone tener el 60% de posibilidades de que se quiebre esa relación comercial", afirma Rodríguez.

Mientras, los productores peninsulares colman los tráileres "y en 52 horas están descargando directamente en la puerta del cliente", relata Rodríguez. Y esa es otra de las grandes diferencias, porque el tomate canario llega al puerto de destino y allí debe esperar a que los estibadores lo bajen y venga un distribuidor para acercarlo hasta la puerta del mercado central o cualquier otro destino final.

En medio de estas dificultades, el sector batalla por lograr que se trasvasen a la ayuda a la hectárea los fondos del Posei que no se están gastando en la ayuda a la comercialización por la caída de la producción de los últimos años. Eso supondría pasar de los 7.700 euros por cada hectárea a 11.000 euros, lo que garantizaría al menos mantener el actual volumen de producción.

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