La Provincia - Diario de Las Palmas

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La subida de la subvención al transporte hasta la Península es engañosa

A estas alturas la subvención de los costes de transporte que deben asumir los productores hortofrutícolas canarios para colocar su mercancía en la Península debería ser del 70%. Sin embargo, la crisis laminó este precepto contenido en la parte económica del REF (Régimen Económico y Fiscal). Para esta campaña, el Ministerio de Fomento ha prometido llegar hasta el 47,6%, pero el sector denuncia que la subida con respecto al año anterior queda reducida en parte por el recorte del coste que según el ministerio supone llevar cada kilogramo de tomate o pepino hasta el continente.

Durante la pasada campaña, Fomento abonó solo el 32,5% y la ministra Ana Pastor anunció que ahora ese tipo se elevará en quince puntos. Sin embargo, el año pasado consideró que poner en Cádiz cada kilogramo suponía once céntimos de euro y ahora estima que se necesitan solo ocho.

Madrid aprobó esas cifras el pasado mes de julio tras contar con un informe de la empresa Ineco que tuvo que pasar por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Al menos los productores de la provincia de Las Palmas ya se han dirigido por escrito al Ministerio de Fomento para que les explique el porqué de esa decisión.

Sobre todo porque mientras se aplica esa reducción y otra también para el alquiler de los camiones de frío -baja de 162,51 euros a 144,45 el coste subvencionable- se mantienen, sin embargo, inalterables los 1.382,54 euros para arrendar los camiones capaces de acarrear los contenedores grandes, los llamados T40. Dejar igual este último parámetro lleva a descartar que la rebaja responda al abaratamiento del precio de los combustibles.

Veto ruso

Los productores de ambas provincias canarias buscan vías para evitar los efectos del veto de Rusia a los productos agrícolas de los países europeos. Durante la VII edición de la Fruit Attraction celebrada la pasada semana en Madrid establecieron más de un centenar de contactos comerciales a tal fin.

Se trata de encontrar nuevos clientes que les garanticen que los mercados agotarán el total de las mercancías que envíen al continente sin que los precios se resientan. Si para cuando el mercado europeo se inunde de tomates que antes llegaban a Rusia no están cerrados los acuerdos, es seguro que la sobreoferta hará caer el precio.

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