El Banco de España ha pedido a las entidades financieras españolas ajustar su modelo de negocio ante la baja rentabilidad de la banca en un contexto de tipos de interés próximos al 0%. Incluso les conmina a variar su estrategia corporativa "cuando sea preciso" para adecuar su organización y estructura a una entorno económico y regulatorio "muy exigente".

En su Informe de Estabilidad Financiera 2015, el organismo liderado por Luis María Linde identifica tres factores de riesgo para la banca española, si bien pone en valor que el sector ha continuado aumentado su capacidad de resistencia a "perturbaciones de distinta índole".

Como riesgo de intensidad media, avisa sobre el efecto de la baja rentabilidad, a lo que se añade un dinamismo de la actividad bancaria "todavía reducido" y un "elevado" nivel de activos dudosos, aunque a la baja. No obstante, el regulador se congratula de que la banca española haya dejado atrás las pérdidas "muy elevadas" de 2012 y haya vuelto a registrar niveles positivos y crecientes de rentabilidad. "Si bien el mantenimiento de unos niveles de rentabilidad en el tiempo por debajo del coste de capital, supone un reto para las entidades españolas, como lo es también para el conjunto del sistema bancario europeo", precisa.

El organismo liderado por Linde advierte además de la intensificación del ritmo de desaceleración de las economía emergentes, en particular donde los bancos españoles tienen parte de su exposición al extranjero. Eso sí, aclara que el debilitamiento de las economías emergentes no ha tenido "hasta el momento" impacto "significativo" sobre los resultados de las entidades españolas con presencia en las mismas, en alusión velada a Banco Santander y BBVA.

Por ello, el Banco de España otorga a este riesgo una intensidad baja, al igual que a la corrección de los precios de los activos financieros, con aumentos de la prima de riesgo, tanto de la deuda pública como privada. "El sector se encuentra en una posición adecuada para hacer frente a estos retos y no se espera que tengan una incidencia inmediata significativa en la banca española", concluye el supervisor, que enfatiza la situación de solvencia del sector.