La demanda de empleo es uno de los aspectos que más preocupan a los trabajadores españoles, se encuentren o no en una situación de paro. Bien por el deseo de mejorar laboralmente, de acceder a un puesto o de disponer de la primera oportunidad en el mercado de trabajo, la demanda de empleo es punto central de las políticas laborales.

La demanda de empleo "es la solicitud de un puesto de trabajo que realiza un trabajador, desempleado o no, ante una Oficina de Empleo de los Servicios Públicos de Empleo, Agencia de Colocación, Empresa de Trabajo Temporal, la Red de Servicios Europeos de Empleo (EURES) o en el Registro de Demandantes de Empleo en el Exterior", según consta en la definición del Ministerio de Empleo.

A partir de ahí, los servicios públicos de empleo de cada comunidad autónoma expiden una tarjeta de demanda de empleo expiden un documento denominado DARDE que permitirá no solo estar en los listados de demandantes de un puesto, sino también en las de otros recursos, como la orientación laboral, la inserción profesional o los cursos de formación.

Es conveniente tener actualizada la demanda de empleo, asegurarse de que la oficina dispone del currículum e interesarse por las posibles ofertas, así como solicitar información sobre cursos de formación relativos a la categoría profesional pertinente.

Para darse de alta en la demanda de empleo, se debe estar en el rango de la edad laboral (mayores de 16 años). Los ciudadanos españoles y de la Unión Europea pueden solicitar la tarjeta de demanda de empleo.

A la hora de solicitar la tarjeta para estar incluido en las listas de demanda de empleo, se debe presentar un documento de identidad (DNI, NIE en caso de ser extranjero, permiso de trabajo y/o residencia), la cartilla de la Seguridad Social y justificantes de titulación profesional o académica.

Durante la entrevista, se realizará un perfil de la persona que realiza la demanda de empleo de cara a su participación en cursos de formación, así como a recibir ofertas de empleo. La tarjeta es imprescindible para acceder a las prestaciones por desempleo, a los cursos y a las ofertas de trabajo de los servicios públicos.

Con la tarjeta del paro, la persona queda inscrita en el listado de demanda de empleo, lo que implica una serie de obligaciones: renovar la demanda de empleo en un periodo de cada tres meses, estar a disposición de los servicios públicos de empleo para cursos o controles y comprometerse en la búsqueda activa de trabajo.

En caso de que se esté percibiendo una prestación económica, no renovar la demanda de empleo es un grave problema, que puede suponer la sanción de un mes sin cobrar la ayuda.