Africagua se revela año tras año como una herramienta notable para acabar con los prejuicios que pesan sobre los países africanos. Ocurrió ayer con Senegal, nación en la que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) suponen el 11% del total de la economía. Así lo expuso en el Palacio de Congresos de Fuerteventura el consejero del ministro de Energía y Desarrollo de las Renovables, Mor Ndiaye Mbaye. El sustento de ese nicho de negocio es la energía eléctrica y en ese campo el país tiene mucho camino por recorrer.
Senegal ha encontrado un hueco en las TIC y se ha convertido en el país de África Occidental que más atención les presta. Su producto interior bruto (PIB) crece al 2,7% anual, lejos de los incrementos espectaculares de otras naciones vecinas, y presenta una tasa de paro del 10,2%, datos todos ellos muy occidentales y revelados por la delegación destacada en el encuentro internacional sobre el agua y las energías renovables que se ha celebrado en Fuerteventura.
Senegal parece haber escogido el camino largo, el del avance más lento, pero más consolidado, y elegido nichos de negocio que, a priori, aparecen al alcance de pocos. Solo Internet nutre el 3,3% de su PIB anual, números que lo colocan al frente del continente en ese capítulo. Además ha logrado desplegar ya más de 6.000 kilómetros de fibra óptica.
"Esto es posible porque tenemos una mano de obra cualificada y más barata que, por ejemplo, Marruecos o Túnez", abundó el consejero ministerial. Sin embargo, la nave aparece preparada para despegar pero no tiene asegurado el combustible para todo el trayecto. El acceso a la electricidad en el país deja mucho que desear. En las zonas urbanas alcanza al 88% de la población, pero en las rurales, solo a la cuarta parte. La media del conjunto del estado se quedó en 2012 en el 54,15%.
Estos últimos datos, expuestos por el ingeniero de la Agencia Nacional para las Energías Renovables (ANER) Sidi Bouya Ndiaye muestran la necesidad de impulsar la generación, el transporte y la distribución de la energía eléctrica en el país.
En el plan para mejorar la electrificación cobran protagonismo las energías renovables. Hay que rebajar la factura petrolera y, además, el actual sistema eléctrico senegalés no es sostenible en el largo plazo. Generar cada kilovatio hora cuesta 27 céntimos, mientras que se comercializa a 18 céntimos, lo que agranda por días el agujero.
"Ya hemos recibido ofertas", señaló Boya Ndiaye sobre el desarrollo de la generación limpia, "pero estamos dispuestos a recibir a más inversores", advirtió.
