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Los proveedores de Jesuman piden hasta 24 años de cárcel por estafa y falsedad

Las acusaciones particulares llevan a juicio a los tres hermanos Hernández Pérez y al hijo de uno de ellos por el fraude en la expansión de la cadena en Gran Canaria

Iván Hernández, administrador de Alimencanarias. LP/DLP

Los tres hermanos Hernández Pérez, administradores de Comercial Jesuman, uno de los principales grupos de alimentación de Canarias, están a punto de sentarse en el banquillo acusados de una serie de delitos relacionados con la expansión del grupo en Gran Canaria entre 2003 y 2008 a través de los supermercados Cerca. El Juzgado número 1 de las Palmas de Gran Canaria decidió dar por finalizada la instrucción, después de tres años, y abrir juicio oral el pasado mes de septiembre. Aunque la Fiscalía aún no ha presentado la calificación de los hechos, algunos de los diez empresarios perjudicados por una presunta estafa que se acerca a los diez millones de euros ya han registrado sus escritos de acusación.

Junto a los tres administradores, José Ignacio, José Manuel y Juan Jesús, también se sentará en el banquillo Iván Hernández, hijo de uno de ellos y sobrino de los otros dos, sobre quien se llegó a dictar en 2013 una orden internacional de detención para que regresara desde China a Las Palmas de Gran Canaria a declarar. Iván habría sido el encargado de llevar a cabo esa expansión mediante un entramado de empresas que tendría como matriz la sociedad Alimencanarias. Para esa expansión, según señala uno de los escritos de acusación, "se alquilaron terrenos y naves para ser utilizados como centros logísticos y distribución, se contrató a proveedores de productos y mercancías, así como a profesionales de variada índole" y se instalaron 54 supermercados "para los que resultó necesario contratar a más de 200 empleados".

"Sin embargo", añade, "desde el principio, esta estructura societaria se diseñó para que Comercial Jesuman eludiera su responsabilidad frente a los impagos generados por las sociedades del grupo domiciliadas en Gran Canaria". Jesuman facturó el año pasado 176 millones de euros, una cifra que la coloca en el octavo puesto de la provincia de Santa Cruz de Tenerife, donde tiene su sede societaria.

Penas

A los cuatro, las acusaciones particulares les acusan de estafa, insolvencia punible, estafa procesal, falsedad documental, apropiación indebida y delito societario, entre otros. Las penas que solicitan tres de estas acusaciones, ejercidas por la empresa Porcican y por los empresarios José Ramón Vilar y Juan Pablo Castillo, oscilan entre los 12, 13 o 21 años de cárcel para Iván Hernández y los 13, 22 o 24 para los tres administradores, además de unas multas que superan los 400.000 euros para cada uno de ellos y una responsabilidad civil millonaria, para hacer frente a las cantidades impagadas. En estos tres casos ascienden a 1,2 millones, 3,6 y más de seis millones.

En los tres escritos de acusación se describen, en líneas generales, los mismos hechos. Se considera acreditado el entramado societario, respaldado por un informe de Hacienda, así como el desvío de los beneficios desde Cerca hasta Jesuman, los impagos, en ocasiones con cheques asociados a cuentas sin fondos, y la ampliación de capital o compraventa ficticia entre Alimencanarias y Jesuman en 2008, hecha para intentar eludir las deudas. Gracias a esa supuesta venta, los Juzgados de lo Social absolvieron al grupo empresarial de tener que pagar los despidos de al menos 47 trabajadores, de cuyos salarios se acabó haciendo cargo el Fondo de garantía salarial.

"A partir de 2007, los pagos a acreedores por venta de bienes inmuebles o bienes de equipo fueron sistemáticamente desatendidos, y desde el año 2008, tampoco se atendieron las facturas de proveedores, ni los salarios de los empleados", señala una de las acusaciones, que asegura que "la piedra angular de esta estrategia consiste en acreditar de una supuesta venta anacrónica ("en diferido") de las acciones de Alimencanarias (...), pero lo cierto es que la documentación elaborada para acreditar la supuesta reventa de acciones es tan descuidada que permite evidenciar sin lugar a dudas, que toda la frustrada expansión del grupo Jesuman en Gran Canaria, no obedece más que un plan diseñado para aprovechar el reconocimiento y prestigio de Comercial Jesuman, pero sin correr con ninguno de los riesgos que conlleva toda actividad de emprendeduría".

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