La OCDE ha alertado de que las reformas de las pensiones acometidas en la última década en muchos países han mejorado la sostenibilidad de las cuentas públicas nacionales, pero a costa de erosionar la calidad de vida de los jubilados.

"Arreglar los retos financieros de los sistemas de pensiones es sólo una parte de la ecuación. La otra parte está ligada a la sostenibilidad social y a si las pensiones en el futuro serán suficientes para dotar de unas condiciones de vida adecuadas a las personas mayores", resume en su introducción el informe "Pensiones de un vistazo 2015".

El secretario general de la organización, Ángel Gurría, incidió en un comunicado en este asunto, al destacar que si bien los pasos dados en los últimos años fueron acertados, "hay un riesgo creciente en algunos países de que las pensiones en el futuro no sean suficientes".

"El desafío a largo plazo es diseñar políticas hoy que sean lo suficientemente flexibles para adaptarse a las incertidumbres del mundo laboral del mañana a la vez que aseguran un nivel de vida adecuado para los pensionistas", argumentó.

La organización, que agrupa a 34 países y aconseja principalmente en cuestiones económicas, asegura que "la mayoría de los pensionistas de la OCDE disfrutan de un nivel de vida tan bueno como la población media" de sus naciones, pero entiende que la situación está cambiando.

La mayoría de quienes se jubilan ahora, al menos los hombres, ha tenido casi siempre empleos estables, pero el término "un trabajo de por vida" es un activo escaso entre quienes entran en la actualidad en el mercado laboral, argumenta el texto.

La situación es especialmente delicada para los trabajadores más jóvenes por el elevado desempleo en su franja de edad, ya que percibirán menores pensiones cuando se jubilen debido a su prolongada etapa sin trabajo.

Sostenibilidad del sistema

La OCDE lanza estas advertencias tras destacar los avances generalizados entre sus países miembros y en los del G20 en la mejora de la sostenibilidad financiera de los sistemas de pensiones.

"La última década ha sido un período de intensa actividad reformista en el área de las pensiones", señala la organización, que defendió en los últimos años que era necesario introducir cambios en este pilar clave del sistema de bienestar en nombre de la solvencia de los estados.

Entre las medidas clave introducidas, el informe destaca el aumento de la edad teórica de jubilación -y la reducción de la distancia entre el límite legal y la edad real-, así como la limitación de la jubilación anticipada.

La edad de jubilación se ha elevado de "forma sustancial", indica el texto, que recoge que "los 67 se han convertido en los nuevos 65 en muchos países".

Algunos estados, agrega el estudio, están planeando mover la edad de jubilación hacia los 70, como la República Checa, Dinamarca, Irlanda, Italia y Reino Unido.

Desde el cambio de siglo, la edad efectiva de abandono del mundo laboral "se ha incrementado de forma progresiva, especialmente entre las mujeres", según la OCDE.

La tasa de empleo en la franja de edad entre los 55 y los 64 años se ha incrementado de forma "aguda" en muchos países: del 45 al 66 % en Alemania; del 31 al 46 % en Italia; y, de media entre los países de la OCDE, del 52 al 57 %.

Entre los 34 países que conforman la OCDE, España es el noveno -empatado con Canadá, Irlanda y Grecia- con una menor proporción de pobres por encima de los 65 años.

La OCDE llama ahora a sus países miembros a mejorar la sostenibilidad social de sus sistemas de pensiones para "asegurar" que los ingresos de todos los pensionistas "sean adecuados", lo que, advierte, "no es sólo prevenir la pobreza".

Asimismo, exige "una coordinación consistente y coherente" de diversas políticas, desde laborales a financieras, "para asegurar que la trayectoria profesional" de las personas vaya acompañada de "las medidas más efectivas para ayudar a maximizar sus oportunidades de retirarse de forma confortable en el futuro".