¿Qué valoración hace de las primeras acciones de Gobierno del Presidente Fernando Clavijo?
Nosotros, como empresarios, necesitamos allanar el camino de la inversión para crear empleo. Eso significa eliminar leyes y simplificar todo lo que significa la gestión del territorio, la ordenación del turismo. Se necesita, poner en práctica algo que ha sido una de las grandes batallas del Círculo de Empresarios de Gran Canaria: limitar la burocracia y los trámites administrativos de leyes que se superponen unas a otras, y que están provocando que muchos inversores, a día de hoy, huyan de Canarias. Veo un acercamiento por parte del Gobierno de Canarias, y ganas de colaborar con el mundo empresarial. Sobre todo por parte del Presidente, Fernando Clavijo. También lo he notado en el Presidente del Cabildo y en el Alcalde de las Palmas de Gran Canaria, que son con los que más trato he tenido. Porque hasta ahora hemos vivido en planos totalmente distintos. Sentíamos que los políticos nos trataban a los empresarios como si fuéramos enemigos. O que incluso rivalizaban con nosotros intentando crear empleo desde las Administraciones. Y aquí los únicos que crean empleo son las empresas, y los único que arriesgan su dinero y su patrimonio son los empresarios. Por eso, no es mucho pedir si al mismo tiempo que se evoluciona en la política, que evolucione también en las relaciones con los empresarios. Porque somos los que invertimos, y si nos ponemos de acuerdo todos las cosas irán mucho mejor. Lo que resulta inviable es seguir como hasta ahora, haciendo leyes y leyes en el Parlamento. Leyes que, además, no tienen nada que ver con la realidad practica y el mundo empresarial.
¿Qué decisiones se deberían tomar respecto a la gestión del territorio en Canarias?
Cada isla debe ser autónoma en la toma de decisiones sobre el turismo. Porque quien visita Tenerife no va a Gran Canaria. Y el que va a Gran Canaria no va a Fuerteventura. Y el que va a Fuerteventura no va a Lanzarote. Seguimos pendientes de la Ley de Turismo, y de que se ponga fin al boicot a las cuatro estrellas. Un boicot que proviene de los gobernantes, casi todos nacidos en la isla de Tenerife. Y es un boicot que no se comprende: no entendemos por qué en suelo turístico ya aprobado no se va a poder construir. Porque no hablamos, en ningún caso, de suelo nuevo. Al mercado hay que darle libertad. Y digo libertad, no libertinaje. Hoy en día hay muchos componentes medioambientales y de sostenibilidad que hay que respetar. El turismo y el territorio están en la primera línea de cuestiones que hay que abordar. Necesitamos un desarrollo rápido y contundente. Y necesitamos que cada isla desarrolle el suyo. Yo, personalmente, soy partidario de eliminar la Comisión de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente de Canarias (Cotmac). Y de agilizar muchísimo toda la legislación del territorio. Parece que el Ejecutivo está en ello. Por eso, empecemos a creer y a tener esperanza. Porque en Canarias son una prioridad los muelles deportivos, los campos de golf y los parques acuáticos. Y todo ello necesita de una norma contundente, necesita de que se faciliten las cosas a los inversores que van a venir. Las circunstancias internacionales están favoreciendo a Canarias, pero las circunstancias internacionales son coyunturales.
¿Cuáles son sus previsiones respecto a la crisis? ¿Ha pasado lo peor?
Soy optimista desde el punto de vista económico. Tenemos posibilidades de ir por la senda positiva. El futuro de estas islas pasa por diversificar la economía, aunque la base sea el turismo. Hay otras actividades, como el Puerto de la Luz, los aeropuertos, o las carreteras. Y tenemos mucha ventaja con nuestra gente joven, muy bien preparada. Lo único que hace falta usar todos estos recursos. La crisis es la crisis, cierto. Pero creo que hemos pasado lo peor. 2013 fue ya un año de inflexión, y 2014 fue peor que 2015. Y no conviene olvidar que la evolución va a ser lenta, que la crisis va a durar diez años y que ya nada va a ser como antes. Pero la tendencia ha cambiado. Y es verdad que mucha gente se ha tenido que ir fuera. Y es verdad también que se ha perdido prácticamente una generación, que lo ha pasado muy mal. Pero el futuro está garantizado si hacemos las cosas bien, si no ponemos piedras en el camino. Canarias es la primera que entra en la crisis, y también la primera que sale. Creo que estamos saliendo de la crisis, y creo que estamos saliendo bien. Y si la política acompaña al mundo empresarial, no veo por qué no ser optimistas.
España se enfrenta el próximo 20 de diciembre a unas elecciones generales. ¿Qué espera de ellas?
Estas van a ser distintas a otras elecciones generales. Va a haber más participación; va a haber actores nuevos, como es el caso de Ciudadanos, como es el caso de Podemos, con un PSOE y un PP a la baja. Por eso, creo que se va a imponer la política del consenso, la política del interés general, la política de buscar una nueva financiación de las Comunidades Autónomas. Creo que se va a promover un cambio de la Constitución. Porque es cierto que en ciertos artículos hay que cambiarla. Es ahí donde Canarias tiene una oportunidad histórica. Una oportunidad para mejorar nuestro estatuto de autonomía, que es enganchar nuestro Régimen Económico y Fiscal a esta nueva Constitución.
En Canarias no tenemos economías de escala. Aquí todo cuesta el doble y soportamos una doble aduana. Los preámbulos de estatutos y del REF están llenos de grandes palabras, con concesiones de ventajas comerciales, o exención de franquicias aduaneras? Pero todo es papel mojado. Porque no nos llegan fondos a través de ahí. Y casi más que fondos, lo que necesitamos es que nos den la posibilidad de lo que una vez tuvimos en Canarias: libertad comercial, libertad de exportación. Ya hemos demostrado que somos políticamente europeos, vamos a demostrar ahora que somos económicamente canarios.
