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Gustavo Santana: "Mantendré la candidatura hasta el congreso suceda lo que suceda"

"No pueden limitarme por falta de experiencia, cogí UGT-Canarias con 34 años y en una situación delicada", indica el candidato a secretario general de UGT

Gustavo Santana, en la avenida Primero de Mayo. JOSÉ CARLOS GUERRA

¿Por qué decide presentarse a suceder a Cándido Méndez al frente de UGT?

Es producto de una reflexión interna y colectiva. Muchísima gente me instaba a dar el paso para intentar vincular lo que es el cambio del modelo de organización con un cambio de liderazgo político que suponga también un relevo generacional. El objetivo es conectar con el cambio de ciclo político que estamos viviendo.

¿Le costó decidirse?

Nos ha costado, sí, y hablo en plural porque ha sido una propuesta unánime de toda UGT-Canarias intentar conseguir al menos el 25% de los avales en el congreso confederal y presentar la candidatura oficialmente.

¿No es un reto muy difícil desde una territorial como esta?

No es fácil. Es cierto que Canarias aporta tan solo siete delegados a un congreso confederal que integran un total de 600. Tenemos que conseguir 150 apoyos contando los nuestros si se acredita el cien por cien de los delegados elegidos en los respectivos congresos extraordinarios.

¿Cuánto tiempo tienen para convencer a tantos militantes?

Hasta el mismo 9 de marzo, el día en que comienza el congreso.

Miguel Ángel Cilleros y José Álvarez son sus rivales. ¿Espera más candidatos?

Todo puede ocurrir. Se oía desde hace muchísimo tiempo que eran ellos dos quienes tenían más posibilidades de dar el paso. Por lo que he podido sondear hasta el momento, no surgirán más, pero todo depende de las reflexiones personales que puedan hacer otros compañeros.

Cilleros dice que no es de tirarse a la piscina. ¿Y usted?

Yo soy persona que cree en la naturalidad democrática y en la libertad de quienes concurren a un proceso para avalar y decidir finalmente quién debe ser su secretario general y la comisión ejecutiva que lo acompañe. Además, esa naturalidad democrática sería lo mejor que podría darse para acertar en el proceso de elección. Me parecería un error que se tutele a los delegados sin dejar que sean libres para apostar por quien quieran.

Según ese planteamiento, ¿puede que Cilleros sí se esté tirando a la piscina?

Entiendo que lo dice porque ya ha sondeado a muchísima gente y se ve con posibilidades de poder presentar su candidatura. Entre otras cosas, tiene el respaldo de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo, de la que es secretario general.

Traduzca eso en avales.

Cien, si los consigue todos. Ese es uno de los hándicaps a los que me enfrento.

Y además Cilleros es Madrid, como Álvarez es Barcelona. En el medio usted. ¿Tiene alguna posibilidad real?

Hay posibilidades. Por lo que he podido sondear hasta el momento entre secretarios y secretarias generales, y cargos intermedios, todo el mundo aspira al cambio integral. Creen que la variable de la edad y el relevo generacional es muy importante, quizá no la que más, pero sí tiene mucho peso y es posible que yo pueda representar un gran porcentaje de esos deseos y anhelos de tanta gente que quiere avalarme y llevarme a ganar el congreso; habrá que trabajarlo. Por eso insisto en la necesidad de que los diferentes organismos den libertad a sus delegados a la hora de elegir a quienes ellos crean que pueden ofrecer lo mejor para la UGT y representar ese cambio integral. Si no se hiciera así, se estaría cometiendo un error que podría ser histórico y creo que la UGT no está para cometer errores históricos. Tenemos una oportunidad y no vamos a tener muchas otras.

¿El relevo generacional es mandato o corriente de opinión?

Es una sensibilidad que he constatado que existe. Hay muchísimas personas que desean un relevo generacional para que todo esté acorde con las necesidades que ellos plantean. Quizá ese relevo lo represente Cilleros.

Sus oponentes tienen 53 y 59 años. ¿De verdad entran dentro de lo que se entiende por relevo generacional?

Eso lo dirán los delegados en el congreso. Yo pienso que aquí cabemos todos y no sobra nadie, hay que conjugar experiencia con juventud. De hecho, si oferto una comisión ejecutiva confederal, porque hay que presentar una plancha completa, me voy a esforzar para conseguir ese equilibrio. También considero que yo puedo ofrecer experiencia.

Le hago entonces el planteamiento contrario. ¿Con 39 años usted representa la experiencia?

Cuando opté a ser secretario general de UGT-Canarias, tenía 34 años. Cogí una organización sumida en una crisis profunda que hoy podemos decir que está superada, hemos logrado la estabilidad política y económica. Conseguir eso lleva aparejado tener visión y capacidad de gestión a lo largo del tiempo. Ha valido la pena y ha servido para poder ahora ofertar experiencia en cantidad más que sobrada. Con ese argumento no pueden limitarme en mi aspiración de ser secretario general, no es un argumento válido en estos momentos.

¿Qué puertas está tocando?

He hablado con todo el mundo.

¿Alguno le ha puesto la proa desde el primer momento?

He encontrado de todo, también mucha predisposición. De momento les he anunciado mi candidatura y mi intención de recorrer todos los territorios para hablar directamente con los delegados y delegadas que van a concurrir al congreso. Por supuesto con la intención de escuchar, porque hay que saber lo que tienen que decir las bases e intentar trasladar sus peticiones al congreso confederal y que queden reflejadas en los documentos que vamos a aprobar: estatutos, normativa interna y diferentes resoluciones. Todos me han brindado esa oportunidad de hablar con todo el mundo, como no puede ser de otra manera, y voy a ir a todos los sitios, incluso a aquellos que pueden tenerse por poco importantes por tener poca representación dentro del global de la organización.

¿Mantendrá hasta el final su intención?

Hasta el mismo congreso.

¿Suceda lo que suceda de aquí a marzo?

Suceda lo que suceda.

Si Cilleros es Madrid y Álvarez, Barcelona, ¿puede ser usted la tercera vía?

Es una posibilidad que está ahí. Me esforzaré para intentar aglutinar a todas las sensibilidades en una sola candidatura y que esa sea la mía. Así podré conjugar un equipo con experiencia, juventud y solvencia que armonice las necesidades reales dentro de la organización. En los próximos cuatro años, la UGT tiene que transitar hacia un cambio de modelo y facilitar ese proceso sería el mejor servicio que podríamos ofrecer.

¿Un modelo diferente del actual en qué?

Ya se ha aprobado la reducción de seis federaciones a tres para que el sindicato tenga un fuerte componente sectorial. Además, tenemos que decidir con qué recursos vamos a dotar a esos sectores para que puedan estar asistidos continuamente y desarrollar una acción sindical mucho más pegada a la empresa y los trabajadores.

¿Más democracia interna?

Sin duda.

¿Y en la práctica como se cristaliza ese concepto?

Por ejemplo, con la participación directa de los afiliados en la elección de los secretarios generales y sus representantes, hay que darles un mayor protagonismo en esto y en las decisiones transcendentales como la negociación colectiva o cualquier propuesta sindical a desarrollar en los próximos años. Además, aunque los estatutos confederales ya incluyen una comisión encargada de velar por el cumplimiento del código ético, hay que dotar a la confederación de una herramienta que pueda actuar de forma rápida a la hora de suspender de militancia, sin restar garantías, a quienes hayan cometido alguna acción deshonesta con los recursos públicos o sindicales.

¿Y si son inocentes?

Por eso incluyo lo de no restarles garantías. Los estatutos actuales tienen unos plazos muy largos tanto para el afectado como para la propia organización, 180 días. Si realmente alguien está haciendo un uso impropio de los recursos de la organización, en ese tiempo puede esquilmarla.

¿Qué conclusiones ha sacado de la crisis?

Muchas, desde luego. Por ejemplo, he entendido la necesidad de dotarnos de una herramienta que comprometa a toda la organización a solidarizarse con algún organismo que esté en una situación delicada. Debemos contar con un plan para asistir material y económicamente al territorio o la federación que pueda estar en peligro y evitando que los afiliados queden desatendidos o que el propio organismo caiga.

¿Se ha producido alguna desaparición en la estructura por motivos de esta naturaleza?

No, pero ha habido situaciones de riesgo. Por ejemplo, en UGT-Canarias. Afortunadamente, tuvimos el apoyo de la confederación en algunas cuestiones y gracias a eso y a nuestra propia gestión hemos ido afianzándonos y recuperándonos. Acabamos de aprobar los presupuestos y ya sabemos que la deuda con organismos públicos y entidades financieras se termina de pagar este año. En este momento solo está reconocido el principio de solidaridad en lo moral y lo material, falta la parte económica.

¿Es recuperable la caída de la afiliación?

Por eso mismo se ha aprobado dar un mayor componente sectorial a la organización y desarrollar un trabajo más cercano a las empresas. Ahora tenemos que ver los recursos con los que vamos a dotar a nuestros delegados y secciones para que puedan desarrollar la acción sindical con plenitud, no podemos estar con cortapisas en este asunto.

¿Ha faltado firmeza de los sindicatos durante la crisis?

¿Con respecto a qué?

La pérdida de derechos por parte de los trabajadores.

No lo creo, hemos convocado dos huelgas generales. Lo que se ha producido durante la crisis es un ataque brutal contra las organizaciones sindicales. Habrá que recordar que para los empresarios y los partidos políticos éramos muy responsables en 2007, cuando se llegó a un acuerdo por el crecimiento y el empleo y se alcanzaron las mayores tasas de empleabilidad que se recuerdan en la historia de nuestro país.

Siguen siendo responsables. Esta misma semana el presidente de la patronal de Las Palmas aplaudió la moderación salarial de los últimos años.

¿Ah sí? Ahora solo falta que, ya que estamos creciendo, comiencen a firmarse las subidas del 1% y el 1,5% de los salarios pactadas en Madrid. Incluso más que eso.

¿En base a qué?

Este mes tiene que denunciarse el convenio de Hostelería de la provincia de Las Palmas y entendemos que esas subidas pactadas, con los datos económicos que tenemos encima de la mesa, son insuficientes. Ese sector cubre a más de 60.000 trabajadores en las islas orientales y los pactos de moderación salarial conllevaron incrementos anuales de tan solo el 0,7%. No podemos estar hablando de generar contratos temporales cuando nos dicen por otro lado que la fase de crecimiento económico va a durar cinco años más, solicitan que se levante la moratoria turística para crear más camas turísticas y van a subir el precio de los paquetes turísticos. Y le digo que además de pactar por encima del 1,5%, debemos garantizar que la creación de empleo se adecúe al buen ritmo de crecimiento del que goza el sector.

Firmeza no ha faltado. ¿Y conexión con los trabajadores?

Posiblemente pueden haberse cometido errores. Si cuando escuchamos a las bases nos dicen que les han faltado recursos para acometer la acción sindical, pueden tener razón. Tengo experiencia propia porque fui miembro de una sección sindical en un ayuntamiento y sigo estando. Muchísimas veces los recursos que ponemos encima de la mesa son propios e imagino que esto puede darse en otros territorios y secciones sindicales. Hay que lograr que los recursos del sindicato lleguen a las bases para que puedan desarrollar su tarea sindical sin cortapisas.

¿Recursos económicos?

Sí, y materiales. El sindicato tiene personal y material para poder satisfacer esas necesidades.

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