La prima de riesgo de España cerró 2015 en 114 puntos básicos, siete más de los que tenía al comenzar el ejercicio, en un año en el que la deuda española ha batido récords de intereses negativos, cobrando a los inversores, y ha rebajado a la mitad sus costes de financiación. El diferencial entre el bono español a diez años y el alemán del mismo plazo, que mide el riesgo país, ha llegado a caer este año por debajo de 90 puntos básicos, en tanto que el interés el bono español a diez años ha marcado un mínimo histórico en el 1,141%. Todo sumó para que España rebajara paulatinamente sus costes de financiación y recuperara la confianza de los inversores, desde el respaldo del Banco Central Europeo (BCE) hasta la buena acogida de las medidas adoptadas por el Gobierno. En estos doce meses el riesgo país osciló entre el máximo de 162 puntos alcanzado el 7 de julio, y el mínimo de 89 que marcó el 13 de marzo.