El grupo automovilístico Renault protagonizó ayer un histórico desplome en la Bolsa de París al dejarse hasta el 20% de su valor ante el rumor de que la multinacional francesa podría incurrir en un fraude con las emisiones análogo al del fabricante alemán Volkswagen. Renault logró limitar el castigo bursátil al 10,28% al cierre, tras asegurar que no hay indicios que apunten a un fraude.

Desde el Gobierno, la ministra de Ecología, Ségolène Royal, indicó que las pruebas de polución efectuadas en Francia tras el escándalo Volkswagen han constatado que Renault y otras marcas han sobrepasado las normas de emisiones de CO2 y de óxido de nitrógeno, pero afirmó que no se ha constatado fraude. Precisó también que ni Renault ni las otras marcas examinadas, salvo Volkswagen, utilizaron un programa de trucaje y añadió que los registros efectuados en diversos locales de la firma gala no se relacionan con esos exámenes. La marca del rombo, que en 2014 comercializó 2,7 millones de vehículos, se derrumbó en la bolsa después de que el sindicato CGT informara de que la Dirección General de la Competencia investiga los departamentos de "homologación y puesta a punto de los controles del motor".