En 2009 Salvador de la Nuez comenzó un viaje a ninguna parte. La crisis económica le dejó sin empleo y con la mínima esperanza de volver a encontrar un hueco en el mercado laboral. Tras un periplo de seis años marcado por la lucha, la superación, el reciclaje y la desilusión, este licenciado en Filosofía recuperó la sonrisa el pasado 29 de diciembre de 2015. Desde entonces, se despierta cada mañana con la satisfacción de saber que, a sus 50 años, aún tiene algo que ofrecer a la sociedad.
De la Nuez conoce muy bien cuáles son las dificultades que tienen que afrontar los colectivos de difícil inserción laboral. A su edad, se suma que tiene una discapacidad física del 65% como consecuencia de una poliomielitis que le ha reducido la movilidad. "Muchas escaleras me han quitado el trabajo", lamenta, "y por eso no esperaba encontrarme aquí ahora".
En la sede capitalina de la Fundación Laboral de la Construcción ha retomado su perfil docente como coordinador de formación, una faceta a la que se ha dedicado prácticamente desde que se licenció. Logró esta oportunidad tras superar una entrevista de trabajo a la que también acudieron dos chicas. "Cuando me vi con las muletas frente a dos jóvenes perdí toda la esperanza", reconoce. Sin embargo, gracias a su dilatada experiencia dejó de engrosar las listas de desempleo el pasado ejercicio.
Pero no ha sido el único parado de larga duración al que le ha sonreído la fortuna en las Islas. La tasa de paro de las personas que llevaban dos o más años sin trabajo descendió en 2015 un 17,5%. Es decir, 30.100 canarios dejaron de estar en situación de desempleo. En el conjunto nacional, el paro en este colectivo bajó en 303.300 españoles con respecto a 2014, lo que supone una caída del 12,7%.
"Cuando no tienes trabajo las noches son muy largas", explica De la Nuez. Más aún cuando las cuentas no salen y, como en su caso, es padre de cuatro hijos. "Tienes que adaptarte a comer barato y mirar hacia delante con el apoyo familiar", sostiene, "porque aunque te llegues incluso a abandonar como persona y de- jes de creer en el último rayo de esperanza, siempre hay luz al fi-nal del túnel".
