La presidenta de la Reserva Federal (Fed), Janet Yellen, advirtió de que la gradual subida de tipos de interés en EE.UU. podría verse afectada por las dudas financieras y la ralentización en China, que, de prolongarse, podrían tener efectos negativos sobre la economía doméstica y global.

"Las condiciones financieras en EE.UU. se han vuelto recientemente menos favorecedoras al crecimiento. Estos acontecimientos, si se muestran persistentes, podrían pesar sobre las perspectivas en la actividad económica y el mercado laboral", dijo Yellen en su comparecencia semestral ante el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes.

Con estas palabras, la presidenta de la Fed ponía en suspenso la posibilidad de que en la reunión de marzo del banco central se continuase con el ajuste monetario iniciado en diciembre.

"La política monetaria, por supuesto, no está en un curso predeterminado", recalcó ante los legisladores.

En diciembre, la Fed subió los tipos de interés de referencia un cuarto de punto, hasta el rango de 0,25 % y 0,50 %, al constatar la mejoría económica en EE.UU.

De hecho, los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto, que dirige la política monetaria, apuntaron a posibles cuatro subidas de tipos adicionales a lo largo de 2016 si las perspectivas positivas se mantenían.

Sin embargo, los indicadores no ha dejado de arrojar desde entonces sombras sobre la economía global, con continuas caídas bursátiles en Europa y Estados Unidos, nuevos episodios de volatilidad en China, mayores retrocesos en los precios del petróleo, y la persistente debilidad de economías emergentes como Brasil y Rusia.

En concreto, Yellen se refirió al panorama en el gigante asiático, inmerso en un proceso de transición hacia un modelo más basado en la demanda interna.

"Aunque los recientes indicadores no sugieren una profunda ralentización en China, las caídas en el valor exterior del yuan han intensificado la incertidumbre sobre la política de cambio de China y las perspectivas sobre su economía", remarcó.

Como consecuencia, agregó, "se han exacerbado las preocupaciones sobre las perspectivas de crecimiento global" y los precios de las materias primas han ahondado sus descensos.

En paralelo, la presidenta de la Fed ofreció una visión moderadamente optimista de la economía estadounidense, en concreto dados los progresos en el mercado laboral, cuya tasa de desempleo cerró enero en el 4,9 %, la más baja en 8 años.

"Los actuales avances en el empleo y el más rápido crecimiento salarial deberían apoyar el crecimiento de los ingresos reales y, a su vez, el gasto de los consumidores", precisó.

En lo que respecta al extranjero, sostuvo que "el crecimiento global debería repuntar con el tiempo, apoyado por las políticas monetarias altamente expansivas", en referencia las del Banco de Japón y el Banco Central Europeo (BCE).

Los mercados recibieron las cautas palabras de Yellen con buenos ojos.

A media sesión, el Dow Jones, el principal indicador de Wall Street, avanzaba un 0,42 % después de ver rebajarse las expectativas de una próxima subida de tipos de interés, en la reunión del banco central prevista para el 15 y 16 de marzo.

En esa reunión, se presentarán las nuevas previsiones macroeconómicas y Yellen ofrecerá una rueda de prensa para comentar la decisión monetaria.

En enero, la Fed reconoció que la economía estadounidense se había ralentizado a finales de 2015, y el primer cálculo avanzado del cuarto trimestre del año pasado cifró el crecimiento en una tasa anualizada del 0,7 % del producto interior bruto (PIB), por debajo del 2 % registrado en el trimestre anterior.