¿Cuáles son las claves para aumentar la competitividad de las empresas en el escenario económico actual?
La principal clave es la importancia de crear unas empresas que sean capaces de diferenciarse en algo y acercarse a sus clientes de una forma única. Para ello son muy importantes las inversiones en investigación e innovación y la digitalización, que se convertirá en una revolución que conectará todos los procesos productivos y cambiará la industria, la energía, los transportes o la sanidad. También es necesario que los empresarios reflexionen sobre la situación de sus inversiones en tecnología porque con la crisis la mayoría de las empresas frenaron las inversiones tecnológicas, a la espera de mejores momentos. Ahora deberían acelerar este tipo de inversiones porque, en caso contrario, no serán capaces de crecer al ritmo que demanda el mercado.
¿Ha crecido la brecha tecnológica entre el centro y norte de Europa con el sur y España en particular?
Si hablamos de estadísticas la brecha ha aumentado porque a día de hoy la industria española es un 34% menos competitiva que la del norte de Europa, no porque los trabajadores no estén capacitados o no trabajen bien sino porque las empresas son más pequeñas y la tecnología implantada es menor. No obstante, hay empresas en España muy punteras que lo están haciendo bien. La desinversión en tecnología ha sido hasta del 70% desde 2011 y esto naturalmente se está pagando ahora con la falta de competitividad.
¿Cuál es la diferencia entre la inversión pública y la privada en I+D+i y en tecnología?
El sector público en España invierte un 1,3% del PIB en investigación y desarrollo. De esta cantidad, un 52% proviene de las empresas privadas y el resto del sector público, es decir, se reparten alrededor de la mitad. Sin embargo, en otros países como Alemania las inversiones en I+D están cercanas al 3% pero la proporción es muy distinta ya que casi el 70% es del sector privado y el resto es público. En esta comparación la mayor deficiencia se encuentra en la inversión empresarial. En líneas generales la inversión pública ha caído un 50% desde antes de la crisis.
¿Condiciona la modernización de las empresas en Canarias que el tejido productivo esté formado mayoritariamente por pymes y microempresas?
En general lo que no sabemos a ciencia cierta es si el tener empresas pequeñas impide que haya más inversión en tecnología y una mayor apuesta por la exportación o lo contrario, es decir, si como no nos financiamos bien o no exportamos las empresa son pequeñas. Realmente esta situación implica que el país pierde mucha competitividad y en el siglo XXI lo más importante es diferenciarse y eso pasa por invertir más en I+D+i, entender que el mercado es global y las empresas cuanto más diversificadas estén mejor podrán afrontar las crisis.
La financiación de las empresas proviene principalmente de los bancos ¿la situación ha mejorado lo suficiente para que el tejido productivo obtenga las líneas de crédito suficientes?
El problema es que si queremos crear empresas medianas normalmente pasarán por la necesidad de inversión privada, es decir, que haya otro tipo de inversores o que haya fusiones con otras compañías para no pasar necesariamente por la financiación bancaria.
¿Las empresas tecnológicas están llamadas a liderar el cambio económico?
Parto de la base de que en el siglo XXI todas las empresas son tecnológicas. Un ejemplo es el turismo ya que ahora el visitante demanda tecnología en los hoteles, sentirse seguro y, sobre todo, estar en lugares sostenibles con el medio ambiente. A los propietarios de los hoteles no les queda más remedio que adaptarse invirtiendo en tecnología en todos los aspectos, es decir, más eficiencia energética, sistemas de seguridad y ser más eficientes. Con este tipo de inversiones no sólo aumenta la satisfacción del turista para que repita, sino que el hotel será mucho más rentable.
¿Cómo ha afrontado Siemens la crisis y cuáles son sus perspectivas a corto y medio plazo?
Siemens ha afrontado la crisis no olvidando sus principales valores, de tal forma que hemos incrementado la inversión en innovación año por año. En España hemos abierto un centro de innovación ferroviaria de 250 empleados y 20 millones de euros anuales. Hemos aumentado la excelencia en la atención al cliente y que sea una empresa atractiva para los trabajadores. El año pasado crecimos un 7%, más que la economía general.
