La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Análisis

Incertidumbre y fuga de capitales

El país registró la salida de 70.200 millones en 2015, pero el Banco de España niega que haya una fuga de capitales

La balanza de pagos es el documento contable que recoge los intercambios que se producen entre los agentes económicos de un país y el extranjero. Es por ello un instrumento que informa sobre la posición deudora o acreedora de la economía en su conjunto y que también da pistas sobre la dirección de los flujos de capitales, interpretados generalmente como reflejos de la mayor o menor confianza que el territorio despierta entre inversores domésticos y foráneos. Así que la reciente publicación de una estimación de la balanza de pagos de España en 2015, en puertas del primer intento fallido de investir a un presidente del Gobierno, ha empujado a hurgar en los renglones financieros de la cuenta y las primeras interpretaciones periodísticas han sido graves: España habría registrado en 2015 una "fuga de capitales" de 70.200 millones de euros que además se habría acelerado en diciembre, tras el resultado electoral y el incierto panorama que alumbró.

Si se dan por buenas las precisiones que ha realizado el Banco de España, la tal "fuga" no lo es tanto ni tiene como explicación principal la situación política. La cuenta financiera muestra una variación positiva tanto en las inversiones españolas en el exterior como en las foráneas dentro del país. El saldo de las primeras es mayor que el de las segundas, pero eso ya ocurrió en 2014, sin incertidumbres sobre el Gobierno. La diferencia más relevante aparece donde se recoge, entre otros movimientos, el saldo de los préstamos que bancos y empresas tienen con entidades extranjeras. Según el Banco de España, de ese capítulo se infiere que buena parte de lo que se ha visto como una huida de capitales corresponde a la devolución de deuda externa y a otras salidas netas de inversión que son normales cuando un país tiene superávit exterior (23.000 millones, según un cálculo provisional).

Aceptar esa versión no supone negar que la falta de visibilidad sobre el futuro gobierno y su signo político estén impactando en la economía, pero de momento es difícil hallar un rastro cierto en la balanza de pagos y en general medir los efectos sobre la confianza de los inversores. ¿La erosiona más un aspirante a vicepresidente que cita a Carlos Marx puño en alto o el candidato conservador de un partido cuya sede visita con frecuencia la Guardia Civil para investigar la corrupción? La respuesta pertenece al territorio de la psicología, de los animals spirits: los espíritus animales que según Keynes explican a menudo las decisiones económicas del ser humano. Quizás los mismos que llevan a ver una magna fuga de capitales en la balanza de pagos.

Compartir el artículo

stats