El Gobierno británico anunció ayer la introducción en un plazo de dos años de un nuevo impuesto sobre las bebidas azucaradas, que permitirá recaudar fondos al Estado al tiempo que se combate la obesidad. El ministro de Economía, el conservador George Osborne, dio a conocer la medida al presentar su Presupuesto 2016-17, en el que se incluyen más recortes del gasto público e incentivos a las empresas.