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¿Quién se llevó mis paredes?

Los fotógrafos Sergio Déniz y Nieves Delgado reflejan en 'Vidas Truncadas' el drama de los desahucios con retratos de sus afectados

Imposible rendirse. Ésa es la consigna que repite cada día Sonia Hernández nada más despertarse. Por culpa de la crisis perdió su empleo como técnico en proyectos de construcción y hace dos años que está en la cola del paro. A sus 44 años y con dos hijos de 14 y 3 años afrontó, en un principio, el pago de la hipoteca con la ayuda de familiares, pero llegó un momento en el que no pudo "aguantar más". Desde el pasado año sufre "amenazas y presiones constantemente del banco" y notificaciones judiciales. La entidad financiera intenta desahuciarla, pero ella se resiste a abandonar su hogar y apura la negociación con el banco. "Tenía que decidir entre pagar la hipoteca o dar de comer a mis hijos, la realidad es así de cruda", razona, mientras repasa los gastos en agua, luz, comunidad, comida, pañales y leche para su niño pequeño y la factura del teléfono, ya que lo necesita por si le llaman para trabajar. Recibe una ayuda de 426 euros al mes, pero ansía encontrar un empleo lo antes posible, antes de que se le acabe la prestación en julio de 2017. Ella es optimista: "Hay que sobrevivir y tirar para adelante".

Su rostro forma parte de la exposición fotográfica Vidas Truncadas, donde los artistas Sergio Déniz y Nieves Delgado exponen 45 retratos de personas de Gran Canaria, Tenerife y Fuerteventura afectadas por desalojos, un calvario por el que atraviesan miles de familias en España y que se ha intensificado por el desempleo. El Archipiélago arrastra todavía una tasa de paro del 26,75%.

La muestra, que se inauguró ayer en el centro Gran Canaria Espacio Digital, en Schamann, y estará abierta al público hasta el 27 de mayo, está compuesta por imágenes en blanco y negro para "desdibujar el color y darles un aspecto más sobrio y uniforme", explican sus autores. De repente, entre las imágenes de la sala, un espejo inesperado recuerda que a ti también te puede tocar.

El objetivo de esta obra es lanzar una denuncia social y visibilizar el drama de quienes han perdido su refugio o viven bajo el yugo de tener que empaquetar cualquier día sus recuerdos por situaciones injustas y sobrevenidas. A través de sus miradas se pretende "humanizar las cifras", subraya Nieves Delgado.

Fríos números que revelan que Canarias es una de las siete comunidades autónomas en las que aumentaron los desahucios en 2015 con un incremento del 2,2% hasta un total de 4.391. Los últimos datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) constatan, no obstante, que los procedimientos de ejecuciones hipotecarias -embargos de un inmueble para su venta tras el impago de una hipoteca- sí registraron una caída del 21,7% hasta 2.963.

Durante el pasado año en España se iniciaron 68.135 ejecuciones hipotecarias, un 15,6% menos que en 2014, si bien los desalojos apenas bajaron un 1,1% en 2015 en el conjunto del país, hasta los 67.359 lanzamientos, apunta el CGPJ.

Detrás de cada dígito hay una historia. "Cada historia nos ha dejado una huella, una herida y cada uno de ellos nos ha enseñado que en las peores circunstancias aflora lo mejor del ser humano", remarcó la fotógrafa, impactada al comprobar que los protagonistas de la exposición "han sabido cambiar las posturas derrotistas por un fuerte espíritu de lucha". Habla con emoción contenida junto a caras con diferentes expresiones de "dignidad, valentía, esperanza y dureza".

"No son estadísticas, son personas que tienen un proyecto de vida, pero ven que en un instante todo eso se viene abajo y entran en un abismo", apunta Sergio Déniz, que aún se estremece al evocar cómo algunas personas rompían a llorar justo cuando él pulsaba el disparador de su cámara. Imágenes que no se reproducen en la muestra para huir del sensacionalismo.

Ambos artistas acudieron a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) como vehículo para contactar con interesados en prestar su testimonio y participar en el proyecto. Después de dos años de trabajo su iniciativa ve la luz y recorrerá las Islas. La exposición cuenta con el patrocinio del Cabildo grancanario, que aporta 2.000 euros.

Nada más presentar su propuesta la corporación insular no dudó en respaldarla, admitió el consejero de Participación, Juan Manuel Brito. Él mismo colaboró activamente casi dos años en la PAH, colectivo que ayudó a legalizar y que, en su opinión, "ha jugado un papel importante en la sociedad española, ya que puso sobre la mesa un drama social que la gente afrontaba de manera individual, pero que era un problema colectivo".

Un conflicto que tiene nombres y apellidos y que provoca un sinfín de sentimientos. Sensaciones que una veintena de escritores han intentado traducir en palabras. En la misma sala expositiva, en una enorme pizarra, los autores plasman su desgarradora visión sobre los desahucios. Pedro Flores, José Miguel Junco, Cecilia Domínguez, Elsa López, Elisa Rueda, Silvia Rodríguez, Teodoro Santana y Luis Piernavieja, entre otros, estampan con tiza blanca su rabia contra las escenas de dolor de aquellos que se ven forzados a hacer las maletas y abandonar sus casas. Con sus versos, los poetas arremeten contra los "despiadados sicarios de la usura", pero también invitan a la "revolución" y animan a aquellos damnificados por desahucios a seguir luchando por su casa, su búnker, su vida.

Una batalla que Susana Delle Ville, con 69 años, resiste con valentía. "No soy de las que se asustan", confiesa esta mujer que salió de Argentina hace 28 años junto con su marido, cautivado por Canarias, "el paraíso" en el que encontró un trabajo lejos de la "catastrófica" situación del país austral. Luego regentaron una cafetería durante 14 años en la calle Albareda, pero irrumpió la crisis y "todo se fue al garete".

Cerraron el establecimiento en 2011 y con los ahorros pudieron subsistir un tiempo. Con "sobreesfuerzo" pagaron la hipoteca de su vivienda hasta 2014, cuando su hijo, que tiene 35 años, se quedó sin empleo. Se vieron ahogados y no pudieron abonar más las cuotas de 605 euros mensuales, ya que entre su marido y ella sólo ingresaban unos 900 euros de pensión. Demandaron a su banco para eliminar la cláusula suelo de su hipoteca por abusiva, un juez les ha dado recientemente la razón, pero la resolución no es definitiva. Delle Ville espera con inquietud la decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que resolverá sobre la retroactividad de la nulidad de la cláusula suelo el próximo martes. Entretanto, ya ha pedido acogerse al código de buenas prácticas para reestructurar su deuda. Sólo desea que la pesadilla acabe lo antes posible y garantizar su "derecho a tener una vivienda digna".

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