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La crisis dispara el empleo precario

Las Islas pierden 96.900 jornadas completas desde el inicio de la crisis y ganan 51.300 parciales - Los ERE afectaron a 2.125 trabajadores durante el pasado año

Encontrar empleo no es tarea fácil y la crisis ha provocado que en cada vez más ocasiones hallarlo no sea un hecho del todo feliz. Durante los últimos ocho años, se ha disparado la oferta de empleo a tiempo parcial en un 37,9% en las Islas, mientras la reforma laboral instaurada por el Gobierno del Partido Popular (PP) alimentó la proliferación de expedientes de regulación de empleo (ERE) que se llevaron por delante puestos de trabajo de un modo exponencial.

El trabajo racionado o, si se acude al alabado sistema alemán, los minijobs parecen haber llegado para quedarse. El menos es nada campa a sus anchas en el actual contexto económico de lenta recuperación - "la economía crece porque está dopada con la política de tipos bajos del BCE" (Banco Central Europeo), advirtió recientemente el director general de Renta 4 Banco, Jesús Sánchez-Quiñones- y los números cantan.

Entre el primer trimestre de 2008 y el del año en curso han nacido en el Archipiélago 51.300 nuevos trabajos a tiempo parcial, un avance que en términos relativos alcanza el 27,5%. En el mismo periodo, se perdieron 96.900 empleos a jornada completa (-12,5%), según la Encuesta de Población Activa (EPA).

El mercado laboral ha padecido el lógico constreñimiento que se deriva del batacazo de un sistema al que de manera consecutiva se le abrieron vías de agua en un supuestamente sólido sistema financiero y la propia solvencia de los estados. Según datos de CEOE-Tenerife, el crack de Occidente arrasó 7.557 empresas en Canarias, el 5,38% de las que estaban en pie antes de la llegada de la tormenta.

Menos actividad económica conlleva una caída de oportunidades de trabajo. A ello se añade el daño psicológico o la lección aprendida, según se mire, para los empresarios, que ahora contratan solo cuando la venta de la producción está asegurada en, al menos, el medio plazo.

Así las cosas, los sindicatos denuncian que en la actualidad se cobra menos y se trabaja más. Lo primero es evidente al calor de la reforma laboral, que permitió a las empresas descolgarse de los convenios en vigor si, por ejemplo, justificaban pérdidas; criterio que la gran mayoría cumplía sobradamente en un mercado colapsado por los problemas de tesorería y la ausencia total de crédito bancario.

Esa reforma laboral llegó tarde, según los empresarios. De haberse promulgado con el socialista José Luis Rodríguez Zapatero aún en el poder, podrían haberse salvado muchos puestos de trabajo, argumentaron. Nunca se sabrá si estaban en lo cierto. Lejos del plano de las opiniones, los datos denotan que el adelgazamiento de los recursos humanos llegó como un tsunami tras la aprobación de la norma.

En 2011, cuando la crisis amenazaba incluso con una intervención de España al modo de la que para entonces habían sufrido Grecia, Irlanda y Portugal, 5.714 trabajadores canarios se vieron afectados por los ERE. Un año después, el número se había incrementado un 94,8% tras repartirse malas noticias entre 11.133 asalariados. Y eso que del sumatorio de 2012 había que descontar prácticamente dos meses, dado que la reforma entró en vigor el 12 de febrero.

Es cierto que la mayoría de los efectos se concentraron en las suspensiones de contratos, medidas por las que se para y reactiva a los trabajadores en función de las necesidades de la producción. En ese mismo 2012, fueron 4.551 empleados los que tuvieron que dejar de acudir a sus centros de trabajo durante periodos de tiempo de menor o mayor duración. A otros 3.153 se les recortó la jornada y los restantes 3.429 padecieron despidos colectivos.

Desde ese año, el número de afectados por ERE fue decayendo de manera paulatina. Aun así, todavía en 2015 fueron 2.125: 463 despedidos y 1.368 parados de modo temporal.

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