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La hipótesis del "helicóptero del dinero" sugiere un arsenal agotado

El Banco de España cree que a las políticas económicas les queda un "escaso margen de maniobra" - El riesgo de 'burbujas' persiste

Mario Draghi en su intervención ayer en la 49 convención del Banco de Desarrollo Asiático, en Frankfurt.

Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), desmintió a mediados de mes que la institución haya analizado la posibilidad de recurrir al "helicóptero del dinero", una metáfora de Milton Friedman para expresar el recurso inaudito a diseminar dinero entre la población para combatir la deflación. Aunque hay varios tipos y causas posibles de inflación y de deflación, Friedman consideraba que el caso general no es más que un problema monetario y que, si se hubiese inundado de dinero la economía en 1929, se hubiera evitado la deflación que entonces padeció EE UU.

Draghi sostuvo que la solución de Friedman tiene muchas dificultades y complejidades técnicas. Pero el empeño que puso en negar que se haya estudiado no la tuvo en descartar que se pueda llegar a considerar. Nunca dijo "jamás" y sí mantuvo que el BCE está dispuesto a recurrir a todos los instrumentos a su alcance para que la inflación se sitúe cerca del objetivo del 2%.

Sin percepción de riesgo

La paradoja es que la expansión monetaria, como cualquier otra decisión, tiene efectos perversos no buscados. Y uno de ellos es la pérdida del sentido del riesgo, dado que éste se expresa siempre con rentabilidades altas. De modo que los rendimientos bajos, nulos y negativos son señales al mercado de ausencia de peligro. De este modo crece la búsqueda afanosa de retornos aun aceptando dosis mayores de ventura, que son percibidas como tenues. La compra de activos pasa a ser una alternativa que resta recursos a la inversión productiva. La actuación del banco central como comprador de riesgos públicos y privados alimenta la espiral: como gran demandante que es, y con enormes recursos, su acción infla los precios. El FMI y muchos analistas han alertado por ello de riesgo de burbujas. La política monetaria ultraexpansiva es un arma de doble filo. Y el recurso al "helicóptero" aún lo sería más porque extremaría el mundo insólito en el que ya estamos.

Sin munición

Los bancos centrales se están quedando sin munición y la hipótesis del "helicóptero" refleja el agotamiento de las medidas excepcionales. Habría que acudir a lo inédito. Los bancos centrales se juegan mucho en el empeño. Nada es inocuo y actuar de forma experimental generará perturbaciones que deben ser prevenidas antes de que se desencadenen.

Sin margen

La política monetaria se ha quedado sola batiéndose en duelo contra la desaceleración y la desinflación. Los déficits y deudas públicas, que acosaron al euro hasta llevarlo al riesgo de fractura entre 2010 y 2012, dejan poco espacio fiscal para el estímulo presupuestario salvo algunos países opuestos a ese recurso. La austeridad ha agotado al electorado y es el origen de la inestabilidad política y del ascenso de nuevos partidos en muchos países. Y las reformas tienen costes electorales. El Banco de España dijo en su informe de marzo que a las políticas económicas sólo les queda ya un "escaso margen de maniobra".

Sin Tesoro

El principal poder de un banco central es su credibilidad. Un fracaso del BCE frente a la deflación tendría funestas consecuencias inmediatas sobre la economía y pavorosos efectos institucionales de largo alcance. La Eurozona ya sabe que erró en su intento anómalo de crear una moneda sin Estado y sin Tesoro. Ahora no puede permitirse la derrota y el descrédito del BCE.

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