Baleares (3,2% y 3,3%) y Canarias (2,9% y 2,8%) serán las comunidades que más crezcan en 2016 y 2017, según el Observatorio Regional de España elaborado por los expertos del BBVA, que apunta que la relajación del ajuste fiscal y la mejora del turismo son los soportes del mayor dinamismo del este peninsular y de archipiélagos.

Según este estudio, Baleares, Canarias y Cataluña, favorecidas por el turismo, se mantienen entre las economías con mayor crecimiento este año, a las que se unen, entre las que tienen mejores perspectivas, Madrid y Castilla-La Mancha. Para 2017, los soportes favorables a la exportación de bienes apoyan la mejora de las regiones del norte y el centro de España.

El BBVA avisa además de que, tras el aplazamiento del ajuste fiscal en 2015, la necesidad de retomarlo en la segunda mitad de 2016 y los efectos de la incertidumbre podrían limitar el crecimiento de las economías más endeudadas.

La corrección del déficit autonómico continua haciéndose, principalmente, a través de una mejora de los ingresos, de acuerdo con los presupuestos aprobados para este año, y a la espera de las medidas fiscales que se puedan establecer como consecuencia de la nueva senda de ajuste del déficit pactada con Bruselas.

Así, entre las comunidades con mayor déficit, sólo Cataluña (por el efecto de la prórroga presupuestaria) prevé una disminución relevante del gasto primario corriente. Por eso, y en ausencia de medidas adicionales, BBVA vaticina que este año volverá a producirse un nuevo incumplimiento del objetivo de déficit en la mayoría de las comunidades, caso que no es el de Canarias que ya al cierre del año pasado tenía cumplido el 0,7% que se exigirá este año.

El panel de estudios económicos también apunta la necesidad de aprobar planes de estabilidad financiera adaptados a la nueva senda de déficit, que condicionará el acceso al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), y el resto de recomendaciones de la Comisión Europea de aplicar la Ley de Estabilidad a las comunidades podrían llevar a un menor crecimiento del gasto en la segunda parte de 2016. Y la incertidumbre sobre las medidas de política económica podría aplazar la toma de decisiones de inversión en España.