La consolidación e internacionalización de Vidrieras, una empresa que recicla todo el vidrio que se recoge en Canarias, cuyos estándares ambientales son propios del norte de Europa y que exporta la mitad de su producción a veintisiete países, enorgullece a Lizardo Martell. En esta entrega detalla la entrada de los industriales grancanarios en el sector turístico como factor de diversificación en los años 80 y explica sus premisas básicas para crear y conducir empresas. Por último, Martell narra su experiencia con el Parkinson, enfermedad que le llegó jubilado y a la que lleva doce años manteniendo a raya gracias a un combinado eficacísimo de avances médicos y voluntad de hierro.
Consolidación
Industria global. "Con la experiencia de la refinería de azúcar a finales de los años 80 acabó para mí la fase de crear nuevas industrias. Sin el Protocolo Dos en Europa se esfumó la ventaja comparativa a la hora de producir y reexportar para todo producto que no existiera en ese momento. A partir de ahí me ocupé sobre todo de consolidar Vidrieras. Hoy es una empresa puntera a nivel mundial en sostenibilidad: No echamos al aire gas contaminante, es más, le vendemos el humo que producimos a Carburos Metálicos, ellos lo limpian y crean gas carbónico. A su vez, reciclamos todo el vidrio que se desecha y es recogido en Canarias, en todas las islas, un estándar que solo se logra en el norte de Europa. Vidrieras, por otra parte, está de lleno en la globalización: exporta el 50% del vidrio que produce a veintisiete países. Entre ellos, a Cuba: tenemos un acuerdo con Havana Club, les suministramos botellas para el ron que ellos luego, a su vez, también exportan. Somos la primera industria exportadora de las Islas. Y en 2014 concluimos una renovación tecnológica completa de la fábrica de Salinetas de casi doce millones de euros. La inversión realizada se autofinancia".
Turismo
Grupo Cordial. "A finales de los años 70 había empezado a darle vueltas a la idea de crear un grupo hotelero canario, pues casi todos eran catalanes, mallorquines. Acabé reuniendo a un grupo de industriales con ese objetivo a mediados de los años 80. Nos ofrecieron primero la compra de dos grupos de unos 400 bungalows en total [Sandy Golf y Green Golf] en Maspalomas. Invertimos. Y cuando comenzaron los dividendos algunos quisieron repartir y acabar".
"Es cierto que nos había cogido la crisis turística de 1993 y que había habido que poner al final mucho dinero. Así que nos reunimos en el Reina Isabel y recuerdo que con palabras algo más gruesas que éstas planteé que si todo el capital reunido en aquella mesa no era capaz de consolidar un grupo hotelero canario, permitiendo que el negocio turístico lo copasen grupos foráneos, no éramos merecedores de nada. Ahí nació el Grupo Cordial. Estamos Sergio Alonso, JSP, Aguas de Firgas, Pastas La Isleña, Ron Arehucas, Delfín Suárez, Nicolás Villalobos y más socios. Fuimos a ver las playas del Sur. Al final había que decidir entre Meloneras y Mogán. Elegimos Mogán. E hicimos el Hotel Cordial Playa. En Meloneras habríamos sido uno más. Al lado mismo hemos hecho 350 apartamentos. Nos ha ido muy bien. Hemos creado una central para gestionar nuestros hoteles y otros. A este respecto tenemos claro que nuestro puesto está en Canarias. Así que no saldremos fuera de las Islas con el negocio turístico hasta que las posibilidades locales se hayan agotado".
Emprender
La experiencia. "Empecé a sentir la necesidad de ser empresario durante mi segunda etapa en Ahemon. Fue cuando constaté que en la empresa se producían avatares por problemas ajenos, por roces de familia. De ahí salieron dos cosas que he tenido como filosofía siempre: Una es tener la empresa lo más profesional posible, abrirla a otros socios. Nunca he aspirado, de hecho, a tener una sociedad yo solo. En turismo, abierto. En Vidrieras, abierto. Siempre; La otra cosa es tener capital para montar una empresa. Sin dinero no se puede montar nada. Esto me lo enseñaron los franceses con Saint Gobain. Al menos el 50% de la inversión ha de ser capital propio. Y si puede ser más, más. ¿Cómo se logra ese dinero? A base de meter socios. Una persona no tiene que tenerlo todo. Es más, aún es mejor con socios. Cuando las primeras operaciones turísticas nos dijeron que con el prestigio que los industriales teníamos sólo firmando [los créditos] podíamos ponerlas en marcha. Luego vino la crisis y cada uno tuvo que desembolsar 600.000 euros. Si lo coge a uno solo se lo lleva por delante seguro. Así, en cambio, fue llevadero, todos aguantamos el tipo como caballeros".
"Ni hay empresas sin dinero ni hay empresas que el primer año den resultados. Las cosas van creándose. Y si no se tiene dinero pero se tiene una idea lo que hay que hacer es buscar a un socio capitalista. En Salinetas había una empresa de hemodiálisis. Les advertí: 'Ustedes no tienen dinero, se van a estrellar'. Yo mismo me ofrecí a buscarles socios financieros, había gente dispuesta, pero no quisieron. Claro, llegó un momento en que se atrasaban en los pagos a la Seguridad Social? Al final cerraron la fábrica. Sólo con créditos no te puedes comprometer a montar una empresa. Cosa distinta es que el banco entre como socio. Pero, si no, no puedes porque, salvo que sea una especulación, no podrás pagar".
Párkinson
La voluntad. "Me jubilé en el 2000 de Ahemon y de mi vida laboral normal, aunque sigo como consejero de las empresas muy al tanto. Entonces creí llegado el momento de disfrutar de un descanso. Empecé a hacer caminatas los miércoles por la Isla -a la que creo conocer bien- con amigos, que me encanta, e iba mucho a la playa. Un día, en 2004, le dije a Ketty que al nadar tragaba agua. 'Pero? ¿cómo vas a tragar agua?'. Y sí, tragaba agua. ¿Qué pasaba? Que el párkinson produje rigidez y te hunde un poco más al nadar, así que no sacaba bien la cabeza y tragaba. Entonces me lo diagnosticaron. Y el mundo se me vino encima. Un buen amigo médico me dijo: 'Mira, un premio no te han dado, pero tampoco te hunde. Todo depende de ti. Tú eres un luchador y a partir de ahora tienes que luchar contra el Parkinson'. El médico que me trató me dijo: 'Sus enemigos son el sillón y la cama'. Y así es. Hay cosas, como ésta, que son cuestión de voluntad. Si tienes que hacer algo, lo haces".
"Empecé a caminar por la playa a diario. Pero, como hacerlo sin más era aburrido, empecé a andar con marchas militares, que grabé en un Ipod. Me levantaba a las 06.30 de la mañana, hacía ejercicios, además de aprender los signos militares, pues con el Parkinson también se va perdiendo voz, y a las 07.15 salíamos Ketty y yo a caminar. Cuando los amigos me veían más rápido decían: 'Hoy te tocó la Legión, ¿no?... [risas]' Porque, en efecto, la música de la Legión es una marcha rápida, esos días iba a toda pastilla. He caminado doce años. Ahora me levanto incluso antes, a las 05.30, hago gimnasia y luego camino, pero ya no nado. Y la cabeza la tengo bien. Escribo artículos, leo mucho, sintetizo, analizo? [es más que evidente]".
