Cajasiete planea abrir nuevas oficinas en Canarias pese a la tendencia a cerrarlas que predomina en el sector financiero, por creerlo necesario para sus negocios, guiados por "un modo diferente de hacer banca" que ha hecho a la entidad "ir contracorriente" durante la crisis económica.

Un periodo en el que, frente a la tónica general del sector, Cajasiete no ha tratado de mejorar sus cifras de negocio recurriendo a los despidos ni a la clausura de sucursales, que incluso ha incrementado y proyecta aumentar aún más en la provincia de Las Palmas, pasando de sus 94 actuales a 100 en los próximos años de acuerdo a un plan de expansión, según ha anunciado hoy.

El directivo de Cajasiete José Manuel Garrido ha explicado hoy que su proceder responde a un planteamiento empresarial que "no es igual al del resto de las entidades financieras", que procede de la evolución del modelo cooperativo con que se puso en marcha en 1962 la entonces Caja Rural de Santa Cruz de Tenerife y que ha estado presidido siempre por un afán de primar el beneficio social frente al económico.

Prueba de ello es el relativamente pequeño volumen de las ganancias obtenidas por la entidad en 2015, que fue de 6,4 millones de euros. "cuando otros bancos tienen hasta 700 millones de beneficios en un solo trimestre", ha destacado Garrido, su director de Relaciones Institucionales y Comunicación.

Al presentar en un desayuno informativo convocado en Las Palmas de Gran Canaria el balance de resultados de 2015 de Cajasiete, que se someterá a la consideración de su asamblea general este viernes, Garrido ha insistido en subrayar su satisfacción por las cuentas del año pasado.

La cifra de negocios de la entidad fue el pasado ejercicio de unos 3.000 millones de euros, 1.200 de ellos de créditos a clientes y el resto de depósitos y otros activos, posibilitando que sus ganancias antes de impuestos hayan aumentado "con creces" respecto a 2014, cuando sumaron 2,9 millones de euros, frente a los 6,4 de 2015.

Ello ha permitido, además, que su provisión de fondos propios haya crecido de 117 millones de euros a 125, con lo que está "bastante bien capitalizada", ya que supera en 50 millones el capital mínimo de seguridad que le exigen tener las autoridades monetarias, situado en 75 millones, ha afirmado.

Otros datos que ha destacado en relación a la situación de Cajasiete son sus números de socios, más de 41.000, y de clientes, más de 200.000, y, muy especialmente, sus cifras de empleados, que llegaron a ser 363 cuando en 2014 eran 358, y de oficinas, que son ya 94, tres más que las 91 de dos años atrás.

Incrementos que el gerente de Proyectos de la entidad, Carlos González, ha recalcado que se han dado pese a conservar una forma de actuar singular y ajena en varios aspectos a criterios comerciales que, por ejemplo, ha llevado a "seguir manteniendo abiertas oficinas en pequeños pueblos, hasta algunas que no son rentables", en un empeño por "luchar contra la exclusión financiera".

González ha asegurado que ese empeño es una más de las señas de identidad diferenciadoras de su empresa, que ha dicho que apuesta, sobre todo, por mejorar la sociedad de Canarias, como ponen de manifiesto iniciativas como la de premiar con una cantidad de dinero fija a todos los estudiantes de bachillerato o universitarios que tienen una cuenta en ella cada vez que obtienen un sobresaliente.

Revelador de esa filosofía es también que, a diferencia de otros operadores financieros, Cajasiete "no ha practicado ningún desahucio" por problemas de insolvencia de vecinos que tenían suscritos créditos con ella, ha señalado José Manuel Garrido, que ha sentenciado: "eso lo decimos bien alto y con la boca llena, porque no está en la política de la entidad" hacer algo así.