¿Qué es RSE Canarias?
Es un clúster, una asociación transversal de empresas comprometidas con la responsabilidad social en Canarias y que tratan de confluir para dar a conocer sus prácticas. Empezaron la escuela de negocios MBA más otras dos empresas en 2015 y, poco a poco, se han ido sumando una veintena de compañías, tanto canarias como nacionales e internacionales con presencia en las islas. Tenemos de muchos sectores, financiero, turístico, alimenticio, nuevas tecnologías o gestión de agua, y estamos abiertos a nuevas incorporaciones.
¿Con qué objetivo?
El objetivo es que sirva de aprendizaje y que se fomenten las prácticas socialmente responsables. También se ayuda a identificar actuaciones de responsabilidad social que muchas empresas hacen por convicción pero no tienen identificadas como tal. Al final, una mayor cantidad de empresas comprometidas enriquecen la marca de la región, de Canarias.
¿Cómo es el panorama canario de la responsabilidad social?
Tenemos empresas que realmente lideran una gestión ecológica de sus instalaciones, de sus hoteles, como Lopesan, que sirve de atributo para que también mejore la imagen a nivel turístico internacional. Tenemos también un potencial enorme a nivel logístico, en el Puerto, con la base de organizaciones humanitaria internacionales, lo que automáticamente nos posiciona como un lugar de referencia comprometido con la cooperación al desarrollo. Canarias es una autonomía emergente, con mucho potencial por delante, con unos ejemplos muy concretos sobre la creación de liderazgo a nivel internacional. Realmente, son empresas y marcas que lo están haciendo muy bien, con lo cual van a tirar del resto para que se animen a compartir sus modelos y desarrollar sus iniciativas.
¿Cuáles son los referentes?
Los países nórdicos tienen bastante desarrollada la responsabilidad social empresarial. Por ejemplo, Noruega es propietaria del 20 por ciento de la producción petrolífera del país y retorna a la sociedad a través de un fondo soberano, que decide internacionalmente dónde se reinvierte y desinvierte ese ahorro de los noruegos para sus futuras pensiones en virtud de criterios sostenibles.
¿Hay un real compromiso social o mero interés económico?
Normalmente, teníamos el caso de la filantropía, de hacerlo por una cuestión posterior de imagen. Sin embargo, cada vez es mayor el número de empresas que se están dando cuenta de que es un modelo de gestión que mejora la eficiencia por la continua revisión de los procesos y medición de los impactos social, ambiental y económico. En la actualidad, sólo tiene sentido concebir la responsabilidad social empresarial como un modelo de gestión integral, plenamente incluido en la memoria anual de la empresa y con todos los indicadores cotejados de manera transversal.
¿Y el cliente premia pese a la crisis?
Aunque el nivel de consumo no está a niveles ingentes, frente al mero atributo del precio, el cliente prima criterios de sostenibilidad, sobre todo, en el sector público, donde el ciudadano es quien financia su servicio y exige una mayor calidad, pero también un mayor incremento del beneficio social. El beneficio no es una finalidad de la responsabilidad social empresarial pero sí es su consecuencia.
