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Entrevista

"El desconocimiento de los incentivos fiscales coarta la inversión en I+D+i"

"Las deducciones están certificadas por empresas autorizadas por la Administración, lo que evita problemas", destaca Miguel Ángel Ortega, presidente ejecutivo de AF Innovación

Miguel Ángel Ortega, en su despacho de la consultora AF Innovación. LP / DLP

¿Canarias es un lugar fiscalmente propicio para invertir en I+D+i [Investigación, desarrollo e innovación]?

Lo es. Los incentivos para cualquier empresa que quiera desarrollar actividades de I+D+i aquí son muy superiores a los que existen en la Península.

¿Cuáles son esas ventajas?

Podría hablar de las ayudas públicas, que hay un abanico muy importante, pero centrándome en la parte fiscal, la última modificación del REF potencia de un modo muy importante las inversiones productivas en I+D+i de las empresas.

¿Por ejemplo?

La deducción vinculada a actividades de innovación tecnológica, y no estamos hablando de una novedad sectorial ni mundial, sino de una inversión para que la empresas sea más competitiva. Se bonifica el 45% del gasto y anteriormente era el 32%. La I+D es un concepto más elevado, pero estoy hablando de innovación tecnológica, que es el desarrollo tecnológico más frecuente y se bonifica igual que la I+D en la Península, es una grandísima ventaja para las empresas canarias.

¿La Reserva de Inversión (RIC) o la Deducción por Inversión (DIC) son más conocidas?

Eso es cierto y por eso es necesario que el resto de incentivos sean también conocidos. Por ejemplo, estas ventajas en I+D+i nos permiten estar prácticamente exentos al 90% de la cuota del Impuesto de Sociedades, al igual que la RIC o la DIC, pero en el caso que nos ocupa, se nos permite la aplicación en quince años del crédito fiscal que generemos. Y eso sin estar obligados a realizar una inversión financiera. La grandísima ventaja es que podemos utilizar gastos e inversiones de ejercicios anteriores, con lo que la empresa no tiene un compromiso de inversión constante como ocurre con la RIC.

¿Se generan problemas de seguridad jurídica?

No, porque las deducciones están certificadas por empresas autorizadas por la Administración. Emiten un dictamen independiente, un certificado, que técnica y económicamente nos va a decir cuál es el derecho fiscal que tenemos por las actividades que desarrollamos.

¿Y no puede llegar una inspección de Hacienda a discutirlo?

No. Las deducciones vienen certificadas y, por tanto, perfectamente delimitadas, por lo que no se dan los problemas que han tenido los incentivos tradicionales.

¿Cómo se genera crédito fiscal en este ámbito?

Las empresas tienen que hacer los deberes e identificar qué actividades pueden ser calificadas como innovación tecnológica, que es el concepto más conservador. Ya digo que no se trata de grandes cambios para el sector ni nada así, simplemente inversiones o gastos que supongan una mejora competitiva, que es lo más común.

¿Y cuando tienen la lista cómo actúan?

Estructuramos un proyecto técnico y económico que explique la innovación de principio a fin y justifique todos los gastos e inversiones. Se trabaja en gran medida con gastos y eso hace que estos incentivos sean complementarios con la RIC.

¿Por qué se invierte tan poco en I+D+i si el marco es propicio?

Es el absoluto desconocimiento de los incentivos lo que coarta la inversión. Cada año crece entre el 30% y el 40% el número de proyectos que se certifican, pero en su gran mayoría provienen de empresas grandes que cuentan con despachos de asesoría con conocimiento de la normativa. Sin embargo, existe un gran mercado de pymes que no tienen acceso a ese asesoramiento, desconocen los incentivos y parten de muchos prejuicios.

¿Qué prejuicios?

Pìensan que muchas de las actuaciones que acometen no tienen cabida en la I+D+i, presuponen que ese campo se ciñe a cuestiones muy complejas desde el punto de vista tecnológico. No saben que el concepto de innovación tecnológica es un cajón de sastre donde entran muchísimas actividades.

¿Se alcanza rentabilidad en términos de imagen?

Depende de la empresa, pero claro que a veces es un tema de imagen corporativo. De empresas que quieren que sus clientes y proveedores sepan que están invirtiendo en mejora continua. Pero lo primero, insisto, es esa labor de identificación de los proyectos de innovación. Me pregunta por la imagen y le digo que sí, pero es que las ventajas alcanzan hasta las cuotas a la Seguridad Social.

¿De qué manera?

Pues, cuando las ventajas están certificadas, puedes solicitar una bonificación del 40% por contingencias comunes del personal afecto a la I+D+i; el ahorro llega por muchas vías.

¿Atraen inversión foránea?

Fundamental. Uno de los grandísimos atractivos para cualquier multinacional son los incentivos fiscales. He trabajado a lo largo de mi carrera en grandes proyectos de inversión con multinacionales y, obviamente, este capítulo es un elemento muy importante para decidir sobre grandes inversiones.

En otro orden cosas, ¿cuál es la relación actual de los empresarios canarios con la RIC?

De desencanto absoluto. Obliga a invertir y muchas empresas no están en disposición de hacerlo en todo momento. Esa es otra de las grandes diferencias con estos incentivos, que generan un crédito fiscal por cosas que ya se han hecho y, además, nos da la oportunidad de aplicar las deducciones en quince años, con lo que estamos a salvo de cambios de ciclo económico. Incluso podemos pedir el ingreso de las cantidades a la Administración si no podemos aplicarnos la bonificación en cuota.

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