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Los indicadores económicos dibujan un inicio de año positivo para Canarias

La caída de salarios y la dificultad para regresar al mercado laboral de trabajadores con bajo nivel formativo impiden la traslación con igual intensidad al plano real

Los indicadores económicos dibujan un inicio de año positivo para Canarias

Los indicadores económicos dibujan un inicio de año más que prometedor en Canarias. Sin embargo, la traslación a la economía real del incremento del número de afiliados a la Seguridad Social, por ejemplo, no se produce con la misma intensidad, desajuste que los expertos atribuyen a la reducción de los salarios durante la crisis y a las dificultades que padece un nutrido contingente de mano de obra que presenta notables carencias formativas para reintegrarse al mercado laboral.

En el primer cuatrimestre de este año, la recaudación neta de los tributos que integran el bloque del Régimen Económico y Fiscal (REF) canario ascendió a 509,1 millones de euros, cantidad que supera en un 8,3% a los 470 millones que entraron en las arcas de la comunidad autónoma -luego comparte con las corporaciones locales- en el mismo periodo del año anterior.

Si la economía discurre por una línea ascendente, hay más empresas en activo, más personas ocupadas y también más ciudadanos cuya renta disponible mejora, lo que explica el aumento de los ingresos vía tributos. El Impuesto General Indirecto Canario (IGIC) mejoró un 8% en términos líquidos -hasta los 464 millones de euros-, lo que describe un crecimiento del consumo en el Archipiélago.

El índice de comercio al por menor sumará en julio tres años consecutivos de mejoras continuadas. Por el momento son 33 los meses de alegrías que brinda este indicador. Si bien en un principio el cambio de tónica descansaba por completo en la consecución de flujos turísticos nunca vistos en Canarias, a estas alturas es lógico pensar que también el propio gasto de los residentes en el Archipiélago anima la gráfica.

Incluso un sector ampliamente castigado como la construcción asoma la cabeza desde el sótano al que lo condenó la crisis. En el primer tercio del año, las ventas de cemento alcanzaron las 172.566 toneladas, el mejor registro de los últimos cuatro años, mientras que la licitación oficial en el mismo ámbito llegó a los 93,3 millones de euros, volumen de inversión pública desconocido en el último lustro.

A la vista de los números, la imposibilidad de formar un Gobierno en España tras las elecciones del 20 de diciembre no ha tenido el efecto negativo que algunas voces anunciaron. No obstante, el presidente de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE), Agustín Manrique de Lara, estima que esa inestabilidad política, totalmente novedosa en el actual periodo democrático, sí ha afectado, pero en términos de "coste de oportunidad".

Según esa teoría del representante de la patronal de la provincia de Las Palmas, el panorama podría haber sido incluso mejor y el crecimiento alcanzado se explicaría "por la inercia" positiva con la que se mueve la economía en los últimos dos años y medio.

Sin embargo, no todas esas buenas noticias que denota la estadística llegan hasta el último rincón de la sociedad. No todos se benefician de la continúa reducción de las cifras de parados registrados en las oficinas del Servicio Canario de Empleo (SCE) y, a pesar de que la afiliación -mide la creación de empleo- ha crecido en más de 7.000 unidades, la recaudación de la Seguridad Social no recoge el avance con la misma intensidad.

"Es muestra de una cultura empresarial que no está por la labor de contratar más, sino de recaudar más", explica el secretario general de UGT-Canarias, Gustavo Santana, que exhibe en calidad de prueba los datos de pobreza y exclusión social. Esta misma semana, Cáritas señaló que el 2% de los 35.000 atendidos en la provincia de Las Palmas durante el pasado año eran ciudadanos que tenían empleo precario.

En las Islas se firman cada día 75 contratos de menos de una semana de duración, que sirven para impulsar la afiliación media pero tienen una traslación escasa a las cotizaciones a la Seguridad Social. Entre enero y abril se firmaron en el Archipiélago 58.243 contratos temporales y 9.400 de estos no superaron la semana de vigencia, según datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).

"Desconcierto"

"La economía es un big data y hay variables que muestran un buen comportamiento, pero cuando rascas un poco te das cuenta de que la situación no es mucho mejor", afirma el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de La Laguna (ULL), José Ángel Rodríguez. En su opinión existe un "desconcierto" en el conjunto del sistema motivado precisamente porque las expectativas no son buenas.

Rodríguez recomienda fijar la vista de modo principal en la suma de las horas que se trabajan en la actualidad y compararlas con las existentes antes del estallido de la crisis. A ello añade la importancia de medir la masa salarial y establecer la misma comparativa.

Manrique de Lara aporta una explicación diferente para esa falta de correlación entre el incremento de la afiliación y los ingresos de la Seguridad Social. "Los salarios de quienes se jubilan son más altos que los de quienes empiezan a trabajar", expone, lo que adelgazaría las bases de cotización que determinan las cantidades a pagar.

No obstante, el presidente de la CCE reconoce la "caída del coste salarial" que se ha producido durante los últimos años, si bien estima que esta no ha determinado una pérdida de poder adquisitivo por la contención que muestra la inflación. Es más, asegura que ese recorte generalizado de las remuneraciones es uno de los factores que han hecho al país más competitivo y ha servido para atraer inversiones foráneas.

Por su parte, Santana considera que esta "precarización del empleo" es uno de los principales males que se derivan de la crisis y lamenta que el Gobierno de Canarias "se conforme con que se reduzca el desempleo" sin fijarse en la calidad de los puestos de trabajo que se crean. "Puede hacerlo condicionando las bonificaciones a la contratación o fiscales a políticas de responsabilidad social y evitar así el abuso de la contratación a tiempo parcial", resume.

José Ángel Rodríguez estima que los desajustes responden a la readaptación que está sufriendo el sistema en su conjunto tras el duro golpe que le propinó la crisis. "Bajamos muchos peldaños y ahora, aunque puede haber fases expansivas, no son suficientes como para permitirnos subir", explica de modo gráfico.

A ello añade el particular carácter del crecimiento que registra el producto interior bruto (PIB) español a lo largo de los últimos once trimestres. Las cifras son innegables, pero según el catedrático, el avance tiene un carácter "no inclusivo", es decir, no sirve para provocar una mejora de las economías familiares en términos salariales y un incremento de su calidad de vida. "El sistema se está recomponiendo y reordenando, y en esta fase claro que hay colectivos que están logrando mejorar su situación, pero otros están totalmente parados".

Entre estos últimos se encuentran los asalariados que perdieron su puesto de trabajo y carecen de una formación con la que seducir a los ofertantes de empleo para lograr reincorporarse a la situación de ocupados. Lejos de ello, parecen, cada día más, condenados a un limbo social en el que conseguir un empleo cobra tintes de utopía.

Por eso, una de las principales preocupaciones en el medio pla-zo es limar los índices de abandono escolar temprano, otra de las asignaturas pendientes que tienen las Islas. En la medida que se consiga, crecerá el número de asalariados isleños, lo que repercutirá favorablemente en los ingresos del sistema.

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