La compañía tecnológica Singular Factory funciona a pleno rendimiento. Ya cuenta con 25 aplicaciones para su descarga y otra decena a punto de subir a Internet, desde un sistema para frenar los correos electrónicos después de su envío (Mail Panic, con un precio de 5 dólares) hasta una herramienta para contactar a camioneros autónomos con sus empresas cliente (Cargobot, a prueba en Estados Unidos).
El ajetreo de Singular Factory evidencia para su director técnico, Izzat Sabbagh, que "estamos en plena transición de la revolución digital. Está ocurriendo de nuevo una revolución como la industrial del siglo XIX y aquí seguimos sin enterarnos, no terminan de verlo los empresarios ni por supuesto las instituciones". Según Sabbagh, "tenemos un montón de líneas abiertas, no le decimos que no a nada, aunque parezca desafiante, es la naturaleza de la empresa". No faltan ideas en la fábrica de aplicaciones.
La bombilla se puede encender en cualquier momento y lugar. Por ejemplo, "en una cafetería de Castillo del Romeral, comiendo un bocata de calamares, nació The One, nuestra carta de presentación en muchos sitios, una idea loca", recuerda Izzat Sabbagh sobre un juego interactivo para luchar con los teléfonos móviles transformados, virtualmente, en espadas láser. Inspirado en la frase "sólo puede quedar uno" de la película Los Inmortales, el pasatiempo interesa a la cadena de televisión estadounidense AMC para el desarrollo de productos asociados a la serie Badlands.
Otra idea, que surgió tras el terror de enviar un correo electrónico al destinatario erróneo, se plasmó en Mail Panic. "Todas nuestras cosas nacen de experiencias propias", subraya Sabbagh sobre una aplicación que simplifica herramientas ya existentes pero "escondidas" en la configuración de los sistemas de correo. "Aprendimos que en la sencillez está el éxito". A su juicio, "los clientes potenciales son todos los usuarios de correo, pagan una vez y tienen para toda la vida, evoluciones incluidas, ese colchón de tiempo que da una tranquilidad bestial".
Y en un desayuno en Melenara idearon Singular Factoring, una aplicación para la gestión de facturas que permite adelantar los pagos mediante financiación externa a cambio de un descuento. Además de entidades financieras, "estamos probando también las facturas crowdfunding, una práctica habitual en el mercado sajón, gente que tiene liquidez y pone dinero para comprar recibos, adelantar dinero para que pagues esas facturas y se llevan un margen, tiene un beneficio sin ningún tipo de incertidumbre", detalla Izzat Sabbagh.
Según el director técnico de Singular Factory, "no es una herramienta financiera que hayamos inventado, pero queríamos dar más facilidad a las pequeñas y medianas empresas, mayoritarias en Canarias, acercar a usuarios que no están acostumbrados a sistemas de información tan complejos, reservados a firmas mucho más grandes; quizá no sea tan exponencial a la hora de vender, tiene clientes potenciales más limitados pero más rentables".
Primer producto español finalista en el Citi Mobile Challenge Asia Pacífico, celebrado a finales de 2015 en Sidney, el "truco" de Singular Factoring reside, de nuevo, en que "es bastante sencillo de utilizar", según el fundador y director general de la compañía tecnológica, Gustavo Medina. La app grancanaria ya se prueba en compañías de Australia, México y Colombia.
También dirigida a empresas, Corporapp se presenta como una intranet de compañías con numerosos empleados dispersos y sin puesto fijo con ordenador (comerciales, reponedores o camareros, por ejemplo) para enviar mensajes, publicar noticias y tramitar procedimientos (compras, viajes o vacaciones) desde el teléfono móvil. "Todo el mundo que haya hecho con su número privado un grupo de Whatsapp para trabajar entiende el trauma, porque la comunicación en las organizaciones está cambiando radicalmente, ya no utilizamos ni el ordenador, y hemos echado a correr por ahí", argumenta Medina.
Aunque "seguimos haciendo cosas para otros dispositivos (ordenadores o tabletas), tenemos la certeza que el actor principal de la película en pocos años será el móvil, sin duda, porque todo el mundo tiene uno encima", abunda Sabbagh. Disponible en descarga freemium (producto básico gratis y versiones avanzadas de pago), Corporapp lidera las previsiones de Singular Factory por su positiva acogida. "Tiene muy muy buena pinta, hay muchísima gente probando, de hecho, tuvimos que traspasar todos nuestros servidores a Amazon, porque ya no daban abasto para soportar ese volumen de interacciones", se alegra el responsable técnico.
Socios y clientes
Además de Singularfactoring y Corporapp, otras muchas aplicaciones de la factoría singular se destinan al ámbito empresarial y algunas ya se utilizan por el socio de referencia de la compañía, Domingo Alonso, como Logicar (gestión de la logística y mantenimiento de los vehículos antes de su venta).
Aparte de sencillez y practicidad, el entretenimiento constituye otra cualidad característica de sus productos hasta el punto de inventar un verbo: "Gametizar". Según Sabbagh, "siempre tratamos de hacer que tenga su palo y zanahoria, utilidad y diversión, a todos nos gusta competir".
Así ocurre, por ejemplo, con Weengo, una aplicación surgida de la necesidad expresada por Domingo Alonso de contar con un catálogo virtual para aprovechar clientes potenciales durante encuentros casuales o informales. "Si en un asadero alguien pregunta por un producto, buscas información en el móvil, pides los datos de la persona, se envían al departamento de ventas y ellos intentan cerrar la operación, ya han vendido muchos coches con los contactos de Weengo y tienen una competición interna para ver quien consigue más ventas o agrega más amigos", explican los directivos antes de considerar el concepto "muy 'traspasable' a cualquier tipo de negocio" como agencias de viajes o compañías de seguros.
También Drappeer, aplicación para comunicar a clientes y concesionarios para el mantenimiento del vehículo, incluye un juego de conducción eficiente y Singular Ideas, un mercado interno de propuestas para las empresas, permite comprar acciones de las iniciativas de los compañeros, que se transforman en dividendos para creadores y accionistas si finalmente se implantan las ideas.
Constituida a principios de 2011 en Telde, Singular Factory se expandió tras la entrada en su accionariado, a finales del pasado año, del grancanario Grupo Domingo Alonso y la mexicana Fundación Educación Superior Empresa (FESE). No obstante, la empresa emergente continúa con Gustavo Medina como máximo accionista. "Tuvieron la deferencia o el interés de que los que habíamos fundado Singular Factory siempre llevásemos el proyecto y tomásemos las decisiones; básicamente, trasladaron el mensaje de que siguiésemos con lo que hacíamos, sólo venían a ayudarnos, a empujarnos para llegar más lejos", valora en vísperas de volar a Miami, sede comercial de una empresa con centros productivos en Telde y Las Palmas de Gran Canaria.
En su opinión, "fuera del mundo de start up, sobre todo en el empresariado canario, era una novedad, así que estamos muy agradecidos y focalizados en demostrarles que su apuesta por este modelo de colaboración funciona para que haya ejemplos de este tipo en Canarias con éxito, porque hay otros emprendedores que lo están intentado en las islas y que solos no pueden".
