La economía crece, ¿pero lo hace por sí misma o por los estímulos del Banco Central Europeo (BCE)?
Crece y esperamos que lo siga haciendo, un 2,7% tanto este año como el próximo. La traslación al empleo de esos incrementos será de un millón de puestos de trabajo en dos años. El fuerte aumento de la demanda interna, principalmente el consumo de las familias, y el buen ritmo de las exportaciones en el sector servicios son los factores que explican el crecimiento. Es cierto que algunos de los soportes exteriores que han apoyado esta recuperación se mantienen. En particular, la política monetaria del BCE ha servido para reducir el coste de los créditos a empresas, familias y sector público, pero podría estar ya cerca de su límite. Otro factor externo es el precio del petróleo, que aunque ha sufrido un repunte, se mantendrá por debajo del nivel de los últimos años. Además, también las reformas implementadas durante los últimos años, como la laboral, han permitido un mayor crecimiento y creación de empleo.
¿La inestabilidad política española es un factor negativo para la recuperación? ¿Considera algún resultado electoral mejor o peor que otro?
La incertidumbre sobre el futuro de la política económica en España se mantiene, aunque hasta el momento el impacto en términos de deterioro de la actividad parece limitado. Sea uno u otro el resultado sí es cierto que para prolongar la tendencia positiva resulta necesario un esfuerzo ambicioso de reformas que fortalezcan la recuperación y creen un clima económico estable y de mayor certidumbre.
Bruselas pide más recortes. ¿Son sostenibles o frenarán la recuperación?
Las medidas ya anunciadas y la propia recuperación económica colocarán el déficit público por debajo del 3% del PIB al final de 2017. Por tanto, si se cumplen los compromisos adquiridos en control del gasto, no deberían ser necesarias políticas adicionales para cumplir con las nuevas metas. En todo caso, es necesario que la Administración evite nuevas desviaciones que supongan un deterioro de su credibilidad.
¿Se incrementa la concesión de nuevo crédito en las islas? ¿También el destinado al consumo? ¿Cuánto durante el último ejercicio?
La facturación de crédito a las familias crece de manera muy robusta, tanto en hipotecario como en consumo con tasas anuales medias de doble dígito, así como en pymes. De hecho, en stock también crecemos en todos los epígrafes de nuestro balance en Canarias, excepto en hipotecario comprador debido a las maduraciones. Aunque es cierto que los incrementos de las facturaciones de empresas se han ido reduciendo, crecemos en el stock, apoyando los proyectos de inversión de iniciativa privada. Nuestro foco de gestión es el crecimiento rentable y sostenible en el Archipiélago.
¿Hay demanda de financiación para la renovación de la planta turística? Vistas las exitosas cifras del turismo, ¿es la rehabilitación de alojamientos obsoletos un negocio apetecible para BBVA?
Efectivamente es así, estamos apoyando proyectos para reformar la oferta de alojamiento. De esta forma, mejorará la calidad de la oferta turística, se consolidará el crecimiento de la demanda más exigente y se reforzará el posicionamiento turístico de las Islas. Consideramos muy positivas estas inversiones de cara a captar de manera sostenible en el futuro una demanda con mayor poder adquisitivo que mejore el gasto turístico medio. Las reformas normativas que se hagan para agilizar trámites y potenciar estas inversiones serían muy positivas para el crecimiento.
Hace unas semanas se rodó en Gran Canaria parte de una superproducción de Hollywood y se anuncia la llegada de muchas más. ¿Tomarán posiciones en ese sector?
Sin duda el desembarco de esta actividad es muy positiva para Canarias. Es lógico que las productoras se sientan seducidas por las excelentes localizaciones, el clima y la sociedad del Archipiélago; a ello se unen las ventajas fiscales. Todo lo que signifique actividad económica para la región es muy positivo. Por supuesto, en BBVA estudiaremos con mucho interés cualquier proyecto viable que garantice el repago de la financiación.
¿Se ha saneado definitivamente el balance de los bancos?
A lo largo de la crisis se ha avanzado en esa línea y se han realizado provisiones que equivalen al 30% del PIB de España. La morosidad del sistema se ha reducido desde casi un 14% a menos de un 10%, caída que es más importante aún si tenemos en cuenta que se ha alcanzado en un periodo de desapalancamiento. Se tardará un tiempo en llegar a niveles de mora más sostenibles, se irá corrigiendo conforme avance la recuperación económica y mejore la capacidad de pago de familias y empresas. Dicho esto, el sector es heterogéneo y hay entidades, como BBVA, con tasas de morosidad inferiores a la media. Nosotros lo hemos logrado con una política de riesgos prudente y cercana a las necesidades de nuestros clientes.
¿Se ha completado el ajuste en la banca española?
El sector bancario ha cambiado mucho en los últimos años tras el proceso de reestructuración. Hoy tenemos un sector más sólido, más solvente, con mejores niveles de liquidez y mejor gestionado. Sin embargo, en un entorno de tipos negativos, y mayores exigencias regulatorias y de los consumidores, el sistema financiero español afronta un problema de rentabilidad. El futuro requiere nuevos cambios sustanciales de los modelos de negocio que implicarán una mejora de la eficiencia y la rentabilidad.
¿Eso pasa por más fusiones?
Alcanzar niveles de rentabilidad de los recursos propios por encima del coste del capital exigirá reducciones en los costes de operación y aflorar nuevas vías para incrementar los ingresos. La consolidación es un camino convencional para reducir los costes y es posible que ocurra en España y en una segunda fase en Europa. Sin embargo, hay otras fórmulas disruptivas para conseguir eficiencias importantes. La banca se enfrenta a un posible proceso de reconversión apalancado en tecnología, al nivel de las reconversiones experimentadas por otros sectores. Esto es así, principalmente, por el cambio en el comportamiento de los consumidores, que demandan servicios financieros digitales de forma creciente y con un nivel de exigencia y conveniencia mayor.
¿BBVA entrará en alguna otra operación de absorción?
Analizamos continuamente operaciones por todo el mundo, siempre pensando en aportar valor a nuestros accionistas. En esta crisis hemos demostrado agilidad y, de hecho, hemos sido capaces de integrar seis cajas catalanas, mediante la adjudicación de Unnim y Catalunya Banc, creciendo de forma muy relevante en Cataluña.
¿Cuál es el principal cambio del negocio bancario desde el inicio de la crisis hasta ahora?
Las presiones procedentes del entorno de tipos, una mayor regulación y, sobre todo, las mayores exigencias de los clientes anticipan cambios. Podemos destacar la adaptación de la oferta comercial, invirtiendo en el desarrollo de productos y servicios de más valor para el cliente aprovechando la capacidad analítica y el Big Data. Además, debemos ser capaces de ofrecer productos financieros por todos los canales, tal como se nos demanda y ser expertos en la gestión con los clientes en la oficina, con su gestor remoto y en los canales digitales. Esto lo hacemos usando la tecnología, que además nos permite hacer las cosas mejor y al mismo tiempo ser más eficientes.
Con los tipos en mínimos, ¿qué debe hacer ahora un ahorrador que ya no obtiene apenas rentabilidad a través de los tradicionales depósitos a plazo?
La preservación de capital manteniendo niveles bajos de riesgo no ofrece apenas rentabilidad. Un ahorrador que aspire a obtener rentabilidades adicionales tiene que pensar en el medio y largo plazo e invertir parte de sus ahorros en productos de ahorro previsional. Ahorrar ordenadamente para la jubilación es una tarea necesaria, que requiere constancia, disciplina y, sobre todo, información. Estamos comprometidos con la formación en materia de previsión con el fin de ayudar a los ciudadanos a planificar su retiro y que puedan mantener su nivel de vida una vez jubilados. Desarrollar el hábito de ahorro complementario desde el momento de la incorporación al mercado laboral debe convertirse en uno de los objetivos prioritarios de nuestra sociedad.
