El ritmo es frenético en Notaría Centro. En los 500 metros cuadrados de superficie no hay nadie de brazos cruzados tras una mesa. El personal entra y sale de las salas y apenas tienen tiempo para un descanso. "No me imaginaba que fuera así", confiesa Paola Serrano, estudiante de 16 años de Primero de Bachillerato, al inicio de su particular jornada en el despacho.
El Consejo General del Notariado ha puesto en marcha un programa piloto para que estudiantes de Bachillerato, próximos a entrar en la Universidad, conozcan de cerca la actividad que ejercen los notarios de la mano de uno de ellos. De momento, esta iniciativa se ha llevado a cabo en siete comunidades autónomas y Serrano, del IES Cruce de Arinaga, fue la elegida al azar en Gran Canaria.
"Estoy acostumbrada a que me digan que el notario es alguien que firma, pero aquí hay muchas personas ocupadas y cada cual se encarga de cosas muy diferentes", expone. Alberto Blanco, uno de los tres notarios de este despacho, es el encargado de desvelarle todos los entresijos con la ayuda de los 14 empleados de la notaría.
Poderes, actas, herencias, donanciones, constitución de sociedades o la compraventa de inmuebles es solo una parte de la actividad diaria que se desarrolla en este despacho de Telde.
En 2014, más de 255.700 canarios realizaron 283.125 actos notariales, lo que supone un 4% más que en 2013. Y pese a que entre 2007 y 2014 cayeron casi todos los servicios que prestan los notarios -como los protestos (-88%), escritos que acreditan que un documento mercantil, como un pagaré o cheque, no ha sido aceptado o pagado-, aquellos relacionados con herencias y disposiciones de última voluntad crecieron un 9% y 4%, respectivamente, según recoge el Observatorio notarial de la realidad socioeconómica de los canarios 2007-2014.
Tras cada puerta una aventura esperaba a la estudiante. La joven aprendió "mucho" sobre la petición de un préstamo, cómo se hace una herencia, qué es la renuncia al cargo de administrador y que los notarios también salen a la calle para dar fe, por ejemplo, del estado de algún inmueble. "No soy de esas personas a las que les gusta hacer siempre lo mismo y además, aquí, se hace bastante deporte caminando de un sitio a otro", señala, mientras se dirige a otra sala y se alegra de haber elegido unas zapatillas cómodas para la jornada.
Después de estar presente en una donación de patrimonio con reserva de usufructo y en la firma de un poder, la joven poco a poco fue tomando conciencia de qué se hacía en una notaría.
La sorpresa se reflejó en su rostro cuando descubrió que los notarios podían casar e, incluso, divorciar en los casos en los que no haya menores o incapaces de por medio. Pero, sin duda, lo que despertó su admiración fue el archivo que conserva escrituras de 1915.
"Me gusta mucho el olor a libro nuevo, pero el que se desprende de aquí también", expone Serrano. En pleno siglo XXI la joven pensaba que todo estaría digitalizado, pero Blanco le explicó que aún se conservan los originales, puesto que lo más práctico es parametrizar los datos claves de las escrituras y actas para trasladarlos a una plataforma digital a la que tiene acceso, entre otros, Hacienda o la Policía.
El Archipiélago cuenta con 98 notarios, de los que 51 se encuentran en Las Palmas y 47 en Santa Cruz de Tenerife. De éstos, el 69% son hombres y el 31% mujeres. Y aunque Serrano aún no tiene claro qué carrera estudiar, no descarta formar parte en un futuro del cuerpo notarial tras la experiencia de sentirse notaria por un día.
