Moneiba González no para de rebuscar entre los percheros para encontrar una camiseta que combine con los pantalones que tiene en sus manos. Ambas prendas tienen un precio de cuatro euros y no es lo único que piensa que comprar. En las cuatro bolsas que carga ya lleva, entre otras cosas, un par de gafas de sol por 30 euros, dos pulseras por ocho y hasta dos palos de selfie para sus hijos que le han costado siete euros.

La decimoséptima edición de Fisaldo, la feria de gangas, arrancó ayer en la Institución Ferial de Canarias (Infecar) con enormes expectativas entre los comerciantes y con el propósito de atraer entre 30.000 y 40.000 consumidores durante los cinco días que dura el evento. "¡Hay de todo!", exclama María del Carmen Rivero, rodeada de colchones, sillones y mecedoras con descuentos, en algunos casos, del 50%. "Iba a ir a la playa, pero no me arrepiento de haber pasado por aquí. Es increíble lo que puedes llegar a encontrar", afirma.

Fisaldo ha recuperado para este año las rifas en metálico para los asistentes, algo que no sucedía desde 2010. Así, la feria cuenta con 48 sorteos de 150 euros cada uno para que los agraciados empleen en los artículos que ofrecen los 85 puestos de 65 empresas que se han dado cita en la feria. "Quién sabe, igual nos toca y podemos aprovechar más", expone Rivero. Pero el reloj apremia y no hay mucho tiempo para detenerse. A medida que avanza la jornada la afluencia de público es mayor y la posibilidad de adquirir el artículo deseado se reduce. Prueba de ello son las pequeñas colas que se formaban en la taquilla para comprar, por un euro, la entrada que da acceso al recinto ferial.

Precisamente para evitar esperas, Minerva Pulido, junto a su madre, llegó a Infecar media hora antes de la apertura de puertas. "Hay muchas ofertas y hemos ahorrado bastante", explica, "porque nos hemos gastado 30 euros y de no haberlo comprado aquí nos hubiese costado unos 90". De la misma opinión es Francisco García, que junto a su mujer, "coquetea" con relojes de nueve euros. "Hace tiempo que no tengo uno y ya es momento de que saber que hora es", comenta entre risas.

Los comerciantes aprovechan la ocasión para dar salida a su stock, pero a pesar de que los artículos no sean de temporada, los cazadores de gangas no se desaniman. Todo lo contrario. Laura Rodríguez cuenta que ya se ha comprado dos pantalones por 10 euros, de los que "ya no llevan los maniquíes en los escaparates", pero que igualmente le harán estar "al último grito" porque "las modas siempre vuelven". La alegría también era palpable en los vendedores, que veían como el dinero no paraba de entrar en sus cajas registradoras. "No paramos", confiesa Yaiza Pestana desde un puesto de calzado.

El arranque de Fisaldo coincidió con la festividad de San Juan, que se celebró ayer en Las Palmas de Gran Canaria, Telde y Arucas. Esta circunstancia propició que el comienzo de la jornada fuese intenso. Isidro Ezquerra, propietario de una boutique, no podía ocultar su sonrisa. Los carteles que anunciaban que todas las prendas y complementos de mujer se vendían a cinco, diez y 20 euros en su estand actuaban como un auténtico imán.

Tras una hora de peregrinaje por los pasillos, Mariano Sosa esperaba paciente a que su mujer se comprara un bolso en ese punto. "Un día es un día y la verdad que los precios que ofrecen son una oportunidad", apunta.

El ahorro para los bolsillos, con descuentos de hasta el 50% en algunos casos, era bienvenidos por todos los consumidores. Más aún por aquellos que engrosan las listas del paro en las Islas, como Lorena Martín, que lleva sin empleo tres años. "Muchas veces no puedes comprarte nada porque no tienes ingresos, por eso espero a que llegan ofertas como estas para hacerme con todo tipo de cosas", admite.

Chollos y ludoteca

En los cerca de 6.000 metros cuadrados dispuestos para Fisaldo, 1.000 más que el año pasado, los asistentes a la feria podían encontrar colchones financiados durante 24 meses sin intereses, sofás camas con una rebaja de casi 150 euros sobre su precio original, dos vestidos de fiesta por 50 euros, dos bikinis por diez, un par de zapatos por 35, picardías a tres o corbatas por tan solo un euro. Pero también cosas tan curiosas como manteles antimanchas por debajo de los 15 euros, baterías de cocina de siete piezas por 19 o dos kilos de golosinas por siete.

Plácido Guerra, que se encuentra al frente del puesto de chucherías, es la decimoquinta vez que acude a Fisaldo. "Soy positivo", señala", pese a que es consciente de que son muchos los expositores que tratan de llamar la atención de los clientes. En el lado opuesto se encuentra Carmen Vega, quien acude por primera vez y no comparte el entusiasmo del resto de comerciante: "Lo veo bastante flojillo, pero quizás sea porque es el primer día y durante el resto de jornadas las expectativas se cumplan".

Infecar, que hasta el martes actuará como una enorme bulevar, también reserva un espacio para los más pequeños. Una ludoteca de 250 metros cuadrados, dirigida a niños de entre cuatro y diez años, ofrecerá talleres educativos y juegos infantiles "a precio de saldo". Además, quienes necesiten recargar las pilas entre compra y compra podrán tomarse un tentempié en la cafetería, ubicada en la parte alta del pabellón siete.