¿Por qué las cooperativas son tan poco visibles?
En mi opinión más bondadosa, porque no somos conocidas en la educación a todos los niveles. Parece que la Comisión Europa (CE) quiere sacar ahora una directiva para recomendar a los estados miembros que sean una enseñanza reglada en el mundo universitario y en secundaria. Es fundamental, porque si seguimos igual, no nos conocerán los jóvenes en general ni los futuros líderes.
¿Alguien se esfuerza por que se les conozca lo menos posible?
Somos competencia en muchos sectores contra el establishment, contra maneras de producir bienes y servicios muy asentadas que hacen todo lo posible para que no se nos favorezca.
¿Guerra sucia?
No tenemos ningún medio afín ni medios propios, hacemos lo que podemos. Hay una mala propaganda basada en mentiras como que se nos favorece con la legislación y eso distorsiona el mercado.
¿Por qué la mujer tiene una amplia presencia en el mundo de las cooperativas?
Históricamente las cooperativas aparecieron de manera intensiva en el mundo rural, donde no iba nadie a invertir porque no era rentable, y en la industria manufacturera. Es en estas donde se produce la irrupción de la mujer en el mundo del trabajo, mientras que los hombres podían aspirar a mejores puestos porque tenían acceso a la formación intelectual y profesional. Sin embargo, una vez dentro, ocurre que ellas entienden que son parte de la empresa, mandan en ella y la gestionan.
¿Es más importante la empresa o la persona?
Las personas trabajan para vivir. En una cooperativa, además de trabajador eres el dueño de la empresa y quieres cumplir el mismo objetivo, vivir tanto tú como tu familia. Por eso, cuando un proyecto empresarial cooperativo se desarrolla es muy difícil vencerlo.
¿La crisis ha influido de alguna manera en este ámbito?
En toda Europa se han multiplicado los casos de trabajadores que han entendido que la marcha negativa de muchas empresas derivaba de una mala gestión. Veían que los proyectos eran viables, por lo que se convirtieron en dueños tras constituir una cooperativa. Eso ha evitado parte de los efectos de la crisis y por eso la CE ha iniciado dos proyectos para estudiar las leyes que se aplican y mejorarlas.
¿Cómo?
No puede tener el mismo trato quien pretende comprar una empresa que está en concurso de acreedores y los trabajadores que aspiran a eso mismo. Si no les damos un trato desigual, haremos daño a la economía, al tejido empresarial y a los propios productores.
¿El modelo cooperativo es aplicable a cualquier actividad?
A todas. Existen cooperativas en todo el mundo y de todo. En España se conoce más la cooperativa agraria, que nació al descubrir los pequeños productores que es la mejor manera de resolver sus problemas. En la industria no florecen porque ese sector requiere de potentes inversiones iniciales, salvo en el País Vasco y alguna otra excepción no son representativas. Sin embargo, en servicios somos imbatibles si se plantea un proyecto bien pensado, precisamente porque ese desembolso del principio no tiene que ser muy grande y sí la profesionalidad y el conocimiento de los socios.
¿La mera idea de competencia descartando otras forma de conducirse frena su proliferación?
Claro, en la universidad te enseñan a ser el primero, el líder. Los medios de comunicación nos dicen que solos somos capaces de revolucionar el mundo y eso ocurre muy rara vez. La vida cotidiana necesita del esfuerzo de mucha gente.
¿Por qué sí apoyar a los autónomas y no a las cooperativas?
Es una estrategia diseñada desde hace más de 30 años. En Inglaterra, desde 2008 se ha multiplicado el número de autónomos y hoy son casi cinco millones. ¿De dónde salen tantos? Le pongo un ejemplo. Una conocida empresa con una flota de furgonetas para repartir por toda Europa sus productos ha decidido que el vehículo se lo queden los trabajadores, que pasen a ser autónomos y que sean estos los que le compren a ella el producto. Es decir, se está externalizando el trabajo. Los autónomos no responden a nuevos puestos, sino, en su gran mayoría, a la transformación de un puesto de trabajo fijo y digno en un trabajador precario autónomo; eso está incentivado desde los poderes públicos. Y por desgracia en nuestro país se crea la figura terrible del autónomo dependiente, que eso es rizar el rizo, el que trabaja en más de un 75% para un solo proveedor.
¿Eso cambia también los roles en la empresa tradicional?
Desde luego. Quienes toman esas decisiones dejan de ser empresarios para convertirse en gestores.
¿Nunca ha ocurrido que esos autónomos a la fuerza hayan creado una cooperativa para defender sus intereses?
Eso está ocurriendo ahora en respuesta a las plataformas de economía colaborativa. Por ejemplo, Uber, que está externalizando el transporte y tiene 68.000 millones de dólares de capital social. Por cierto, ni siquiera se sabe quién es el dueño, está en manos de fondos de inversión que crecen con dos dígitos todos los años. En Chicago se ha cerrado una cooperativa de taxistas que ha bajado el precio de Uber y sus integrantes cobran un salario de mercado; Uber se ha largado. Es posible hacer eso.
¿Qué va a quedar a las generaciones que están llegando?
Un desastre. Pero usted lo sabe. ¿Qué pasa con los periodistas? ¿Los freelance qué son? Te pago lo que a mí me gusta y trabajar, trabajas, pero ya veremos si cobras. Eso es externalizar el trabajo. Insisto, eso no es un nuevo empleo, es el mismo de antes pero precarizado y eso está pasando a todos lo niveles. Es muy alarmante y no entiendo por qué no se habla más de ello.
