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El parón en la refinería de Santa Cruz hunde la facturación de la industria

Alimentación, el subsector con más peso en el Archipiélago, avanza un 4,9% en 2015 - El sector afrnta el reto definitivo de implantar tecnología y ahorrar energía

El parón en la refinería de Santa Cruz hunde la facturación de la industria

Las ventas de la industria manufacturera canaria retrocedieron durante el pasado ejercicio un 43,2%, hasta los 2.261,4 millones de euros. El dato global, objetivamente negativo, acepta matices, ya que se encuentra ampliamente distorsionado por el parón en la mayor parte de la actividad de la refinería de la empresa Cepsa en Santa Cruz de Tenerife desde la mitad de 2015. Es más, la rama de Alimentación, bebidas y tabaco, que acapara un 40% de la actividad industrial canaria y negoció 1.404,1 millones de euros, avanzó un 4,9%.

Ese último dato y la suma de otros de menor presencia actual pero largo recorrido como Productos minerales no metálicos -auxiliar de la reparación naval, que incrementó en un 20,4% su facturación para un total de 186,3 millones de euros- y Productos informáticos, electrónicos, ópticos y eléctricos -avanzó un 26,8% y vendió por 7.868 millones- hace cobrar esperanzas muy razonables.

Durante los primeros meses de este año la evolución del índice de la cifra de negocios ha recobrado el pulso. Nada ya de las caídas superiores al 20% registradas durante los doce meses del año pasado. Es más, en abril el sector ya se anotó un repunte del 3%.

La reindustrialización

Tanto el sector privado como el público saben de la importancia que tiene recuperar tamaño en la industria. La crisis ha mostrado a las claras que las sociedades más industrializadas han sido capaces de soportar mucho mejor los efectos del crack económico.

Eugenio Castillo, que dio en mayo el relevo a Andrés Calvo en la Presidencia de la Asociación Industrial de Canarias (Asinca), pone como ejemplo "el plan estratégico" diseñado por el País Vasco "hace 35 años. Todos los gobiernos autónomos que ha habido allí desde entonces, lo han seguido", señala. El resultado salta a la vista: Euskadi tiene una tasa de paro del 12,8%, la mitad de la canaria. Además, los salarios son allí los más altos del país mientras que en las Islas son los más bajos. Es decir, la especialización y los más elevados conocimientos por parte del trabajador que requiere el sector industrial se pagan.

Es evidente que el Archipiélago no puede esperar 35 años a ver cómo florece su industria. ¿Quedó definitivamente atrás sin posibilidad de recuperar terreno? Tanto Castillo como el viceconsejero de Industria, Energía y Comercio del Gobierno de Canarias, Adrián Mendoza, entienden que no, que las Islas tienen una nueva oportunidad que les brinda la tecnología.

La evolución de la informática aplicada a todos los componentes del proceso productivo abre la puerta de la guagua para que las Islas se suban a ella. "Estamos convencidos de que la manufactura canaria tiene mucha calidad y es competitiva", afirma Mendoza. Sin embargo, existe una competencia diseminada por todo el mundo que cuenta con la ventaja de unos costes laborales a los que el mundo desarrollado no puede acercarse.

¿Qué manera existe entonces de ajustar el precio final para no espantar a la cliente? "Tenemos que repensar la industria y ligarla de un modo definitivo al sector tecnológico", relata el viceconsejero, que añade a ello la necesidad de implementar cuantos elementos sean necesarios para elevar el nivel de eficiencia energética de los negocios.

Esta aplicación del conocimiento a la producción ha recibido el nombre de Industria 4.0. y España es uno de los primeros países que ha presentado a la Unión Europea (UE) su estrategia para desarrollarlo. Bruselas también sabe de la importancia de propiciar el traspaso del conocimiento académico a las empresas para evitar que su industria quede descolgada. Dedicará 110.000 millones de euros en cinco años a la "digitalización de los productos y los servicios", según expuso esta semana en la capital grancanaria Francisco Javier Martín, vocal asesor del Ministerio de Industria, Energía y Turismo.

"No nos hemos subido tarde al carro, sino en el momento justo", explicó el funcionario de la Administración central. En detalle, la transformación hacia una industria más inteligente pasa por conseguir alcanzar cuatro hitos: concienciar de su importancia, generar entornos de colaboración entre empresas, potenciar el mercado de habilitadores digitales -los que dan soluciones- y apoyar la implantación de dichas soluciones en los procesos productivos.

"Todo lo que se haga en el marco del 4.0 y la eficiencia energética son inversiones que generan ahorros y, por tanto, recuperables. O le metemos cabeza, o es casi imposible competir con otras zonas", afirma Adrián Mendoza.

En la misma línea, Eugenio Castillo advierte de la importancia que tiene no perder ahora el tren, "porque en la medida en que se vaya implantando la tecnología, la velocidad" en la aparición de mejoras "será mayor cada vez".

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