La decisión de Reino Unido de abandonar la Unión Europa (UE) reabrió ayer las tensiones en la economía británica. La libra esterlina volvió a desplomarse, y esta vez hasta 1,2998 dólares, un nivel desconocido en un tercio de siglo (desde mediados de 1985), aunque por la tarde recuperó hasta los 1,3057. Tres fondos de las aseguradores Aviva y Standard Life y de la gestora M&G Investments que invierten en el negocio inmobiliario (uno de los sectores que se prevé que resultarán más afectados por el denominado brexit) suspendieron su cotización para frenar la avalancha de ventas por los inversores. Y el Banco de Inglaterra anunció la relajación de las exigencias de capital de reserva a los bancos para que puedan aumentar la concesión de créditos hasta 150.000 millones de libras (177.000 millones de euros). Los riesgos financieros derivados del brexit están "empezando a cristalizar", dijo Mark Carney, gobernador del Banco de Inglaterra.

De la avalancha vendedora no se libró la Bolsa de Londres, aunque al final cerró ligeramente al alza, con una subida del 0,35%, una vez más favorecida no sólo por compradores de ocasión sino por la depreciación de la moneda, que favorece a las grandes empresas exportadoras.

No ocurrió lo mismo en el continente, donde al nerviosismo por los acontecimientos británicos se sumó el miedo a la situación de los bancos italianos, sobre los que persisten las dudas desde hace meses, agravadas en las últimas semanas al compás de rumores y especulaciones sobre la posibilidad de que el gobierno italiano esté preparando una acción para proteger a la banca del país y a sus accionistas y depositantes.

Así, la cotización de la Banca Monte dei Paschi di Siena (MPS), considerada como la entidad más antigua del planeta (data de 1472), se desplomó el 19,39% y tuvo que suspender varias veces su cotización.

Las dudas sobre el sector financiero italiano se contagió a la banca española. El Ibex 35, con una caída del 2,28%, resultó más damnificado que la Bolsa de Milán, que retrocedió el 1,45%. Francfort cayó el 1,82 y París, el 1,69.

La prima de riesgo española repuntó y cerró en 131.