Más allá de las razones, hay un hecho incontestable: los trabajadores canarios hacen cada vez menos huelgas. Así lo corroboran los últimos datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Durante todo el año pasado, el número de interrupciones colectivas de la actividad laboral en el Archipiélago fue de apenas 20. Para contextualizar este dato basta con apuntar que supone la menor cantidad desde 2004, es decir, desde hace 11 años. En cuanto a las razones de este progresivo abandono del derecho a la huelga, los sindicatos lo tienen claro: el actual marco de relaciones laborales debilita la posición de los empleados frente al empleador, un "desequilibrio", subrayan fuentes de Comisiones Obreras (CCOO) en Canarias, que está detrás de las estadísticas.

Si hubo un año en que la conflictividad laboral fue protagonista, ese fue, sin duda, 2009, que bien podría llamarse el año de las huelgas. Los trabajadores de todo el país hicieron más de un millar de paros, exactamente 1.001, una cantidad que hasta entonces no se había registrado y que tampoco se ha vuelto a registrar. Además, fueron más de 650.000 los asalariados participantes, cifra que también supuso un récord que no se ha vuelto a batir. Ese particular año de las huelgas, que coincidió con el segundo ejercicio sumido de lleno en los rigores de la crisis, los trabajadores canarios también se movilizaron más que nunca antes y después: casi medio centenar de huelgas (49) se llevaron a cabo en las Islas. Seis años después, en 2015, los empleados de la región no hicieron ni la mitad de huelgas que entonces. Apenas 20 paros (el menor número en 11 años, desde 2004) que no implicaron ni a 1.100 trabajadores, la menor cantidad desde 2006.

Desequilibrio en las relaciones

Las razones por las que los asalariados de la comunidad autónoma hacen cada vez menos uso de su derecho a la huelga reside, según fuentes sindicales, en una doble razón: una indirecta, la crisis, y otra directa, el "desequilibrio" en las relaciones laborales en el que han desembocado los años de estrecheces. "El convenio ha perdido importancia estratégica. Antes se convocaba una huelga en el sector del comercio, por ejemplo, e iban todos los trabajadores; ahora eso es imposible. ¿Cuánto hace que no se ve en las Islas una huelga en un sector importante?", exponen en CCOO-Canarias, desde donde hacen hincapié en que los empleados, con contratos mayoritariamente temporales, cada vez perciben la huelga menos como un derecho y más como un riesgo de perder el trabajo. "Lo que se está haciendo es aumentar la presión y cerrar las compuertas, y eso puede tener consecuencias", resumen desde el sindicato.

Sea como sea, lo cierto es que los datos del Ministerio que dirige en funciones Fátima Báñez revelan que las huelgas son una vía de presión que los trabajadores de las Islas usan ahora con mucha menos frecuencia. Entre enero y marzo hubo solo seis huelgas en la comunidad autónoma, la misma cantidad que en el mismo período del año pasado, cuando fueron apenas una veintena en total. Veinte paros que contrastan sobremanera con las cifras de 2014, cuando sumaron 43, más del doble. Un año antes, en 2013, fueron 36 los paros laborales colectivos en las Islas.

Si el análisis se hace en función del número de centros de trabajo que secundaron las huelgas, queda también de manifiesto el cada vez menor peso de estas como medida de presión laboral. Los 34 centros de trabajo implicados en las 20 huelgas del año pasado habían sido 64 en 2014 y 58 en 2013. Y lo mismo ocurre tanto con el número de trabajadores participantes, 1.084 (la misma cantidad que en 2012, esto es, la más baja desde 2006, cuando no llegaron ni a 900), como con las jornadas no trabajadas que conllevaron los paros. Casi 3.150 (exactamente 3.141) fueron las jornadas no trabajadas el año pasado a consecuencias de esas 20 huelgas, una cantidad que solo fue inferior en 2012 (2.600 jornadas perdidas). Precisamente fue en 2012, cuando se llevaron a cabo 22 huelgas, el primer año en que los paros laborales colectivos comenzaron a perder fuerza en la región, aunque repuntarían en 2013 y 2014.

En cifras nacionales, el año pasado los empleados españoles hicieron 615 huelgas, que habían sido 777 en 2014 y hasta 994 en 2013. De hecho, esos poco más de 600 paros laborales colectivos son la menor cantidad desde 2005, cuando la cifra fue, exactamente, de 669.