Las grandes compañías energéticas, con Gas Natural en cabeza, concentran la mayoría de los 436,3 megavatios inscritos en el cupo eólico canario. La multinacional que preside Salvador Gabarró cuenta con trece proyectos en Gran Canaria y Fuerteventura que suman un total de 70,7 megavatios. El Grupo Alas Capital, de propiedad canaria, le sigue, con 70,1 megavatios.
El que resiste gana y quienes mejor pueden mantener sus posiciones son los negocios que cuentan con músculo financiero de buen tamaño. Al menos el suficiente como para perseguir la materialización de una inversión durante prácticamente nueve años, los que han transcurrido desde que se convocó el último concurso eólico en las Islas; sin que desde entonces se haya instalado un solo molino.
La tardanza en la llegada de soluciones ha reducido la presencia de inversores locales . No obstante, Alas Capital, de ADN canario, es el segundo grupo que mayor cantidad de potencia ha logrado atesorar, a solo kilovatios de Gas Natural.
Gamesa, con tres parques y 48 megavatios; Iberdrola, dos y 32,2; DISA, dos y 25,2, y Enel Green Power, la enseña de Endesa para las renovables, con tres parques y 10,8 megavatios, acaparan junto a Gas Natural el 42,8% de la potencia inscrita por la Dirección General de Política Energética y Minas la pasada semana.
Incluso más si se cuenta que la multinacional gasista española también integra Banana Energie, sociedad limitada titular del Parque Eólico Lanzagorta, de 15,3 megavatios y proyectado para la isla de Gran Canaria. Lo hace en este caso en compañía de Satocan, la empresa de ingeniería que comanda Juan Miguel Sanjuán y que encabeza la unión temporal de empresas que logró inscribir el Parque Eólico La Punta, que contará con otros 5,5 megavatios de potencia.
El sector público cuenta también con una nutrida presencia, en especial del Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER) del Cabildo de Tenerife, que prevé repartir 53,6 megavatios entre los tres parques que aparecen admitidos en el cupo que da derecho a la retribución específica de 86 euros (de media) por cada megavatio hora generado. También consiguió mantener la plena vigencia de tres proyectos Inalsa, participada por el Cabildo de Lanzarote, que suponen 14,65 megavatios de potencia.
La tercera y última presencia del sector público la protagoniza el Consorcio de Aguas de Fuerteventura, con un único parque y solo dos megavatios presentes en la lista definitiva. Entre las tres suman 70,25 megavatios, que representan el 16,1% del total.
Cuatro proyectos de mejora de instalaciones ya existentes también obtuvieron el beneplácito del Ministerio de Industria, Energía y Turismo. El de mayor tamaño es el diseñado por el Grupo Pérez Déniz, encabezado por el que fuera presidente de la Asociación Eólica de Canarias (Aeolican), Ernesto Pérez, y que pasa por inyectar siete megavatios más al Parque Eólico Bahía de Formas.
Los inversores han visto avanzar sustancialmente la penetración de energía eólica en las Islas. Sin embargo, a pesar de haber cubierto ya etapas importantes, advierten de que la materialización de sus proyectos tiene por delante aún serios obstáculos. Sus molinos deben estar girando antes de que termine el año 2018, por lo que tanto ellos como Red Eléctrica de España (REE), que debe facilitar la evacuación de la energía a la red, tienen el tiempo muy limitado.
