El socio auditor de Deloitte Francisco Celma tildó ayer de "inverosímil" un supuesto plan premeditado en torno a la salida a bolsa de Bankia en julio de 2011 con el que "inducir a error al inversor", y negó que existan elementos que sostengan su imputación.

En un escrito remitido al juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, se desmarca de su participación en la confección de los estados financieros que Bankia usó para su debut bursátil, por lo que descarta la existencia de un "concierto entre reguladores (Banco de España y CNMV), administradores y auditor".

Asimismo, ratificó que los trabajos realizados para el grupo BFA-Bankia "se adecuaron y ajustaron escrupulosamente a la normativa". El socio auditor de la firma, también investigado en la causa, defiende su trabajo, realizado "con celo exquisito", y vuelve a reiterar que los ajustes propuestos por los peritos judiciales "no eran procedentes".

En este sentido, sostiene que, "aun cuando los ajustes propuestos fueran ciertos", Bankia disponía de un colchón de más de 3.000 millones de euros como mostrarían los estados financieros intermedios consolidados a 31 de marzo de 2011.