Canarias no es la única Comunidad Autónoma en que la crisis económica ha reducido de forma drástica el número de contribuyentes del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) que puede permitirse seguir haciendo aportaciones a planes de pensiones privados. En la campaña del IRPF del año pasado, en que los ciudadanos declararon sus ingresos durante el ejercicio de 2014, fueron poco más de 2,8 millones de personas en todo el país quienes aligeraron su factura fiscal, en mayor o menor medida, gracias a las aportaciones a fondos privados de pensiones. En 2009, cuando se satisfizo el IRPF correspondiente al ejercicio de 2008, el primero del largo período de crisis, esos alrededor de 2,8 millones eran cerca de 4,2, exactamente 4.176.633 contribuyentes, con lo que la disminución ha sido de un 33%. En definitiva, la crisis ha reducido el grupo de declarantes con aportaciones a planes de pensiones en 33 de cada cien de los que lo integraban allá en 2008-2009.
Hay que recordar que la Comisión Europea apostó en un informe fechado en 2013 por suprimir esta modalidad de desgravación fiscal, ya que entiende que tiene "efectos regresivos" y que "falsea la composición del ahorro". Esto es así, a juicio de las autoridades comunitarias, porque la deducción se aplica a la base del impuesto (del IRPF), de modo que cuanto mayor es el tipo marginal que emplea el contribuyente, mayor es al ahorro. Así, por ejemplo, una persona con un sueldo bruto anual de 20.000 euros y que haya destinado 2.000 para un plan de pensiones se desgravaría 480 euros, mientras que si el sueldo fuera de 50.000, la misma aportación al fondo privado le dejaría una reducción fiscal de hasta 740 euros.
