Endesa detectó el pasado año en Canarias más de 5.000 casos de fraude eléctrico, que sumaron un total de 35 millones de kilovatios/hora (kWh) de energía consumida de forma fraudulenta. La cifra equivale, según detallaron desde la compañía eléctrica, al consumo energético mensual de la comarca del sureste de Gran Canaria (Agüimes, Ingenio y Santa Lucía).

Además, el fraude aumentó un 40% con respecto al detectado en las Islas durante 2014, según la nota de prensa remitida por la firma eléctrica. En el conjunto de toda su área de influencia en España, Endesa afloró más de 83.522 casos de fraude el pasado año, lo que supuso una subida de casi un 25% con respecto al ejercicio anterior y la recuperación de 600 millones de kWh.

Desde Endesa pronosticaron que las cifras se superarán ampliamente en 2016, a la vista de los resultados registrados hasta el momento.

El 80% del fraude eléctrico detectado en España durante 2015 fue cometido por empresas de diversos sectores industriales y de servicios. Del 20% restante, más del 80% se atribuyó a particulares con elevados niveles de consumo, según las mismas fuentes.

Por tanto, desde Endesa estimaron que, teniendo en cuenta a título de referencia el número de familias actualmente acogidas al bono social, menos del 1% del fraude eléctrico cometido en España se debe a enganches ilegales efectuados por familias de bajos ingresos, "en contra de lo que muchas veces se piensa". Por el contrario, la mayor parte de la estafa se concentra en puntos de suministro con altos niveles de consumo.

Los datos indican, según la nota de Endesa, que "el fraude es, por encima de todo, un recurso ilegal que utilizan algunas empresas y grandes consumidores domésticos para abaratar su factura eléctrica a costa de todos los demás consumidores". Según las mismas fuentes, el impacto negativo del fraude no repercute en lo esencial sobre las compañías eléctricas, sino que, al igual que sucede con el fraude fiscal, afecta directamente a los recursos del resto de las empresas y de los ciudadanos, porque se traduce en un incremento de la factura eléctrica que estos pagan.

De acuerdo con datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), el fraude eléctrico supuso un encarecimiento de 150 millones de euros en la factura eléctrica total pagada por los consumidores españoles en 2015. Según Endesa, el fraude ascendió a 3,5 TWh, una cantidad equivalente al consumo eléctrico anual de la ciudad y el área metropolitana de Sevilla.